El ocio electrónico, una asignatura más en el aula

En Escocia, el uso de los videojuegos en las aulas es una herramienta más, incluso en la educación infantil. The Consolarium, proyecto financiado por el Gobierno, incentiva su utilización escolar para que los niños puedan desarrollar conciencia social, y resaltar valores cívicos y morales a los que tendrán que hacer durante su vida diaria.

Uno de los juegos más disfrutado por los menores es Minecraft. Un éxito que ha provocado que desarrolladores y programadores de EE UU y Finlandia hayan unido sus conocimientos para crear la versión educativa: el MinecraftEdu. En ella el profesor tiene el control del entorno virtual, y los jugadores (alumnos) tienen que resolver problemas de carácter educativo; algunos pueden solucionarse individualmente, y otros en grupo.

El Minecraft también es protagonista en las aulas españolas. En clases de primaria, la profesora Lara Romero ya llevó este videojuego para sus alumnos de sexto. Según explica en su blog y en el canal de YouTube, la idea es reflexionar sobre la ciudad, el diseño y sus necesidades.

Romero llevó a su colegio Alameda de Osuna los videojuegos en 2016, pero Quest to Learn es la primera escuela pública basada en la búsqueda de nuevos aprendizajes a través de los videojuegos. Creada en 2009 en Nueva York, enfoca sus metodologías de enseñanza por medio de la 'gamificación' para desarrollar el pensamiento creativo.

En este proyecto estadounidense, las aulas se convierten en una comunidad de descubrimiento donde los alumnos aprenden superando retos y niveles de conocimiento, que motivan al adolescente a investigar más para superar obstáculos y enfrentar nuevos desafíos mientras juegan.

Minecraft no es el único título con versión educativa. Discover Baylon lleva a sus jugadores a la antigua Mesopotamia (Iraq), donde los desarrolladores plantean una serie de misterios que los alumnos tendrán que resolver mientras ven cómo era la cultura y la sociedad mesopotámica.

De otro lado, el colegio SEK y el club MAD Lions han firmado un acuerdo de colaboración entre la educación y los eSports, a fin de que los alumnos crezcan como personas trabajando valores clave al tiempo que amplifican sus habilidades cognitivas. Además de fomentar valores como el esfuerzo, la deportividad y el trabajo en equipo, sus promotores buscan «prevenir posibles malos usos como el sedentarismo, la frustración o el tiempo excesivo de juego».