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Miércoles, 17 de mayo 2017, 11:39
El pasado 28 de abril, Samsung dio carpetazo a uno de sus episodios más oscuros en su historia con el fiasco del Note 7. Su gran apuesta para el mercado de los phablets ardía por culpa de sus baterías. Sin embargo, la llegada del Galaxy S8 ha devuelto la sonrisa a los dirigentes de la surcoreana.
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En poco menos de un mes, la compañía ha vendido más de 10 millones de sus dos versiones del nuevo buque insignia de Samsung Electronics, según Chosun Ilbo. El primer Galaxy tardó siete meses en coseguir tal cifra, mientras que el más joven de la saga apenas ha necesitado 20 días.
Los nuevos modelos de la serie del teléfono inteligente Galaxy S salieron a la venta el 21 de abril en Corea del Sur, Estados Unidos y Canadá, y posteriormente se han extendido a otros mercados, entre ellos el europeo -a China llegará mañana-.
Las reservas preventa del Galaxy S8 alcanzaron la cifra récord de más de un millón de unidades en Corea del Sur, donde en su primer día a la venta se comercializaron 260.000 de estos smartphones.
La compañía planea que a finales de este mes el smartphone esté disponible en unos 120 países, y los analistas consideran que dado el éxito que está teniendo, el S8 podría superar los 50 millones de que logró vender el año pasado su predecesor, el Galaxy S7.
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