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Empresas y usuarios son aún recelosos, en ocasiones, cuando piensan en sus relaciones en Red. De la misma forma que hay compradores que temen una fuga de datos, aquellos que venden no siempre están alerta de su seguridad o de cómo ese 'nuevo' usuario digital se relaciona con ellos. Salvatore Cospito, CDTO de DatMean, considera que «el cambio de paradigma nos da muchas posibilidades de venta», pero alerta también de la necesidad de atender a los nuevos canales de comunicación entre las partes.
–¿Hemos asumido ya la compra a través del clic?
–El proceso de compra del usuario se ha digitalizado y la tecnología avanza más rápido que las generaciones. Nos hemos juntado la generación nativa digital, que son nuestros hijos, pero siguen activos y con un poder de adquisición correcto o alto las generaciones pre-digital y los millennials, que creemos que somos nativos digitales pero no lo somos. Aún somos románticos de lo analógico y, si bien empezamos a ser digitales, no somos nativos. Esto pasa con las tiendas; una empresa que abra mañana y quiera vender 'on-line' tiene que saber qué ha de hacer para que su tienda visible, no solo cuál es el mejor lugar para abrir físicamente y tener visibilidad.
–Para esto, el dato es fundamental, pero todavía hay quien es receloso.
–Hay toda una parte de datos, por ejemplo, de Facebook, que no son para robar, como la gente cree, sino para ofrecer una mejor experiencia al usuario, de forma mucho más amigable y que reciba las señales que está pidiendo. Hasta ahora hemos sido amigos de lo tangible, y para que no nos robasen el pasaporte, lo guardábamos en la cartera o en el cajón, mientras que la nueva generación de la digitalización tiene la opción de que su pasaporte sea digital. Hay quien todavía teme que le suceda eso con sus datos digitales. Hace falta más educación en esto.
–No en vano, percibirá cada vez una mayor aceptación, ¿no?
–A día de hoy es obligatorio trabajar con datos, porque de otra forma no vas a saber qué demanda tu público. Antes los canales de comunicación con el negocio eran diferentes a los actuales, más físicos; ahora el valor del producto está más puesto en el centro por cómo la gente se relaciona con ese producto. Por un comentario negativo en las redes sociales puedes llegar a perder clientes.
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