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Albert Duaigües, CEO de RawData, e Ignacio Gurría, CEO de JIG. Alberto Mingueza
Los beneficios del Internet de las cosas en los sectores del vino y del campo

Los beneficios del Internet de las cosas en los sectores del vino y del campo

JIG y RawData utilizan la tecnología para recoger de datos que buscan «hacer mejores a las empresas»

Jesús Domínguez

Valladolid

Jueves, 10 de noviembre 2022, 12:55

Sectores tradicionales como el del vino o el del campo afrontan el reto de formar parte del Internet de las cosas de tal manera que sus procesos puedan ser mejores a partir de la digitalización. Albert Duaigües, CEO de RawData, e Ignacio Gurría, CEO de JIG, coincidieron en sus intervenciones en el Congreso R-evolución en una mesa versada sobre el IoT en que «a la tecnología nunca se llega tarde», lo que hay es que «llegar bien».

Si la historia ha desmentido el título de la película 'La ciudad no es para mí', las explicaciones que ofrecieron los dos profesionales en el Congreso R-evolución sirvieron para demostrar que la digitalización es para aquel que crea en ella... y creer en ella es cada vez más necesario, huyendo del temor a sus costes o al desconocimiento.

«Nuestro leitmotiv es que si nuestros clientes saben utilizar WhatsApp, tienen que saber utilizar nuestras aplicaciones aunque no tengan una formación digital. El coste de esta tecnología es inferior al 1% de la facturación y puede reducir los costes o incrementar los ingresos en un 30%», destaca Duaigües. Por su parte, Gurría prefiere orientar más la cuestión a la solución ofrecida, no tanto al ahorro, si bien cree que «la tecnología, usada de forma eficaz, lo primero que va a hacer es, precisamente, hacerte saber de manera veraz en qué te estás gastando el dinero».

A través de la tecnología y de los datos que recoge del campo, RawData es capaz de «reducir la incertidumbre» del agro, mayor debido al cambio climático y más fiable que la mera intuición del agrónomo. «RawData comenzó como un Trabajo Fin de Máster en el que utilizamos la Inteligencia artificial para predecir cosechas e intentar resolver dos variables importantes: qué volumen de kilos voy a tener y cuándo será el mejor momento para la recogida. Los resultados que obtuvimos fueron esperanzadores y nos decidimos a lanzar la empresa», que tiene presencia en cinco países a través de 100 clientes, expone Albert Duaigües. Desde entonces, su labor consiste en centralizar datos y transformarlos en información que favorecen la toma de decisiones operativas y económicas y que pueden ser compartidos con otros agentes del sector como proveedores o productores. Para ello, se valen de estaciones meteorológicas con sensores, equipos de riego y fertilización, maquinaria agrícola, imágenes satélite o drones o, incluso, de los 'smartphones' de los propios agrónomos, tratando de hacer de esta tecnología operativa para todos los públicos, a sabiendas de que el sector en el que trabaja es estratégico, pero carece a menudo de una formación digital de sus profesionales.

La trazabilidad digitalizada es una estrategia compartida con JIG, cuyo proyecto de IoT, considera Ignacio Gurría, es apto para cualquier tipo de bodega independientemente de su tamaño. «En nuestro IoT buscamos la plataformización de los procesos del vino desde el campo hasta el embotellado final, aunque cada empresa puede elegir los procesos que quiere digitalizar. Puede hacerlo con dos procesos si es pequeña o, por ejemplo, con diez si es más grande. Las soluciones tecnológicas que ofrecemos tienen el fin de que las empresas sean más productivas, más eficientes y, en definitiva, mejores», agrega quien ejerce también de coordinador general del HUB Nacional de Digitalización y Vino, con cuya labor busca también una mayor comprensión de esta evolución tecnológica en un sector históricamente tradicional.

Precisamente, esta es una barrera existente en ocasiones, si bien Ignacio Gurría y Albert Duaigües coinciden en afirmar que los sectores del agro y del vino están asimilando el cambio y asumiéndolo como propio cada vez más. No en vano, a partir de junio del año que viene será obligatoria la digitalización del cuaderno del campo, algo que, valora Duaigües, «tiene que ser visto como una oportunidad para el manejo del dato».

En todo caso, la intención es que quien implemente en su empresa tecnología deI IoT tenga a su disposición en una pantalla qué está ocurriendo con su empresa. Así, las bodegas conocerán las catas, analíticas, depósitos, temperaturas u otros procesos como el etiquetado o la venta. Mientras tanto, el agrónomo podrá dar todo el conocimiento sobre el campo a los técnicos y productores a través de esta trazabilidad, mejorando, a la postre, unos y otros la operatividad y productividad de sus empresas.

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