Soria le pone el termómetro al planeta ante la crisis climática

A ello han ayudado programas como el de Reforestación de Tierras Agrícolas abandonadas, que han alfombrado de plantones más 20.000 hectáreas desde 1993 gracias a los fondos europeos. Soria no es tierra de incendiarios y hay un sentimiento de bosques autóctonos y gestión pública.

En los próximos años, la provincia será un laboratorio de ensayo en un proyecto para aumentar la capacidad de resiliencia de sus masas verdes. Soria Forest Adapt inicia sus primeros pasos para analizar cerca de la mitad de esos recursos y decidir cómo pueden ayudar más y mejor a la lucha contra el cambio climático.

«Perseguimos poder reorientar la gestión forestal de Soria para que sus bosques puedan estar mejor preparados para hacer frente a un escenario de cambio climático», explica el director de la Escuela de Ingeniería de la Industria Forestal, Agronómica y de la Bioenergía de la Universidad de Valladolid en Soria, José Miguel Olano.

Los expertos tienen claro que en el siglo XXI el contexto climático ha cambiado y hay especies que están al límite. Incluida una provincia como la soriana que «ha sido un modelo de gestión de sus bosques desde hace siglos», asegura el técnico de la Fundación Global Nature, Daniel Hernández.

Esta entidad, especializada en gestión ambiental, está desarrollando las herramientas 'online' para hacer útil este proyecto. «Pretendemos desarrollar una cartografía espacial de 1kmx 1km para analizar lo que ha pasado climáticamente y lo que vendrá», resume Hernández.

Estos mapas a escala reducida serán los que marcarán qué cambios deben hacerse en esos espacios a proteger. «Hay especies que están al límite, otras en las que habrá que mover la distribución geográfica para adaptarlas a los cambios de temperatura. Tenemos que analizar las olas de sequía, calor extremo...», aventura el catedrático Olano.

Las tierras sorianas están dominadas por las encinas (95.000 hectáreas), pinos (más de 100.000), sabinares (58.000) y quejigos (34.000), según el Inventario Forestal Nacional. Y en ellas se centrarán los trabajos de análisis. Las herramientas que desarrolla Global Nature permitirán monitorizar qué ha sucedido con estos árboles y cuál ha sido su aprovechamiento.

Saber «no solo lo que ha pasado en los últimos 30 años», sino intuir cómo deben gestionarse esos espacios «en un horizonte de finales del siglo XXI», insisten en Global Nature. De esta forma se podrán modificar criterios en la plantación o el uso de masas mixtas con varios tipos de especies, reducir la densidad de plantones para que dispongan de más agua y aumentar la variedad con especies más resistentes a las sequías o a las plagas.

Soria Forest Adapt (Adaptación de los Bosques de Soria) dispone de un presupuesto de 1,5 millones de euros que ha implicado a fondos europeos de los programas LIFE y a la Junta de Castilla y León. «Lo más notorio es que la Administración regional está muy vinculada y comprometida para usar las conclusiones de este proyecto mucho más allá de Soria», espera José Miguel Olano.

En la misma línea se expresa Daniel Hernández quien considera que «las medidas que se aprueben serán replicables en otras áreas y solo tendrán que adaptarse a las características de cada área geográfica».

Esta iniciativa quiere involucrar no solo bosques públicos sino la forestación de tierras privadas, especialmente las agrícolas, en las que Soria ya era un modelo. Si estos cuatro años de gestión funcionan, sus impulsores confían en que «se pueda extender el modelo al resto de la comunidad autónoma, al resto de España e incluso al sur de Europa», muestra su optimismo el catedrático de Botánica, José M. Olano.