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Los vecinos de la localidad soriana de Benamira y municipios cercanos continúan viviendo en la incertidumbre mientras buscan soluciones en su rechazo al proyecto de ... construcción de la planta fotovoltaica promovida por Eólica de Medinaceli, S.L.U. Durante los últimos fines de semana han exhibido pancartas, lemas y han buscado visibilizar su preocupación por el futuro de sus pueblos, argumentando que el proyecto FV Caramonte no sólo impactará negativamente en el medio ambiente y el paisaje, sino que también agravará los problemas de despoblación.
Uno de los puntos más controvertidos es la proximidad de la planta FV Caramonte a una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), que alberga especies en peligro de extinción como la alondra ricotí. Según la Asociación de Vecinos de Benamira, «el proyecto podría dañar irreversiblemente la biodiversidad local y comprometer el turismo sostenible, que es uno de los pilares económicos de la zona».
La empresa Eólica de Medinaceli, SLU (Engie) proyecta instalar un megaparque fotovoltaico en el término municipal de Medinaceli entre los pueblos de Benamira y Esteras de Medinaceli, ambos pedanías de aquél. Esta planta ocuparía una superficie de 87 hectáreas y albergaría más de 76.000 paneles solares en la vega del Jalón, a unos tres km de su nacimiento y apenas a 500 m de ambos pueblos. A su vez, la planta fotovoltaica se proyecta colindante 650 m con un espacio natural que cuenta con la máxima protección ambiental según las leyes nacionales y europeas.
En la Asociación de Amigos de Benamira «hemos estudiado el proyecto y detectado deficiencias y errores graves, entre ellos la inexistencia de un verdadero estudio de alternativas, así como grandes carencias en el contenido del estudio de impacto ambiental que tienen como consecuencia una localización que causará graves impactos sobre dichas poblaciones y el espacio natural mencionado, por lo que hemos presentado alegaciones a su construcción».
Se trata de una zona altamente tensionada, que ya alberga numerosas infraestructuras: en un radio de apenas 3 km discurren la autovía A-2, el AVE Madrid-Barcelona, tres parques eólicos, y la correspondiente subestación eléctrica y líneas de alta tensión. Existe además otra planta fotovoltaica en tramitación de 24,5 ha y una potencia de 16,5 MWp que ocupará terrenos adyacentes con la anterior, amplificando sus impactos.
El colectivo se ha reunido con el ayuntamiento de Medinaceli y «el consistorio ha puesto de manifiesto numerosas incoherencias en la gestión del proyecto de la planta fotovoltaica Caramonte. Durante el encuentro, quedó patente la falta de transparencia y control del consistorio sobre un proyecto que afecta gravemente a las poblaciones de Esteras y Benamira». A pesar de que el alcalde y su equipo aseguraron en un primer momento no tener ningún papel relevante en la planificación y aprobación de esta instalación, más tarde reconocieron haber sido consultados por el ministerio en marzo de 2024 para conocer su parecer sobre el proyecto, tal y como está establecido en los procedimientos de aprobación de este tipo de instalaciones.
«El informe emitido por el ayuntamiento, según expusieron, fue aprobado en la Junta de Gobierno, y en él no se trasladó ninguna objeción sobre el proyecto. Finalmente admitieron que, de haber mostrado su oposición en algún momento del procedimiento, el proceso habría sido mucho más complicado para la empresa promotora. Esta falta de coherencia genera una gran incertidumbre sobre el verdadero papel del ayuntamiento en esta iniciativa».
En este contexto, «también salió a la luz que la carta que supuestamente enviaron desde Esteras en contra de la posición de la Asociación nunca entró en el ayuntamiento por registro ni fue firmada, sino que fue entregada en mano al alcalde, lo que genera serias dudas sobre su legitimidad y validez».
Denuncias otro hecho especialmente preocupante y es «que la empresa promotora, Eólica de Medinaceli (Engie), haya utilizado en dos ocasiones una sala cedida por el ayuntamiento dentro del propio consistorio para reunirse con propietarios de terrenos y presionarles para obtener los acuerdos de ocupación de las parcelas necesarias para ejecutar el proyecto. La primera reunión tuvo lugar en noviembre, y la última el pasado martes 25 de febrero. Este uso de recursos públicos para favorecer intereses privados pone en entredicho la imparcialidad del ayuntamiento y su compromiso con el bienestar de los vecinos».
La reunión terminó sin ningún compromiso por parte del ayuntamiento sobre la posición que va a tomar en el futuro ante este tipo de proyectos. Desde la Asociación de Amigos de Benamira, «seguimos abiertos al diálogo con el consistorio para encontrar soluciones que respeten tanto los intereses económicos como la calidad de vida de los vecinos».
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