![Suellacabras aleja la pérdida de vecinos gracias al dinero de los molinos](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/02/03/piscina-2-RAFboG22iSTzu523P3qbCWI-1200x840@El%20Norte.jpeg)
Soria
Suellacabras aleja la pérdida de vecinos gracias al dinero de los molinosSecciones
Servicios
Destacamos
Soria
Suellacabras aleja la pérdida de vecinos gracias al dinero de los molinosISABEL G. VILLARROEL
Domingo, 4 de febrero 2024, 00:25
Suellacabras es un pequeño pueblo de 32 habitantes censados en la comarca de Tierras Altas, al noreste de la provincia y dominada por la sierra del Almuerzo y la del Madero. Hace veinte años que comenzaron «a vivir del aire», como dice su alcaldesa Feli ... Gómez Lafuente.
«Es lo mejor que nos ha podido pasar, yo entré de alcaldesa al ayuntamiento en 2003 y al año siguiente se puso en marcha un parque eólico y en 2010 comenzó a funcionar un segundo parque, y se empezó a notar en las arcas municipales, lo mejor que pudimos hacer es involucrarnos en esos proyectos mientras otros pueblos no quisieron hacerlo». El ayuntamiento de Suellacabras maneja un presupuesto anual en torno a 300.000 euros, el 90 por ciento del total procede de las rentas de los molinos, las empresas pagan las tasas de ocupación de terreno público anualmente, entre 4.000 y 7.500 euros por cada aerogenerador, «es una cantidad diferente según la potencia del molino, unos pagan más y otros menos, tendremos en torno a una veintena en nuestros suelos».
Noticia relacionada
Agapito Ojosnegros Lázaro
Pero el remanente de tesorería es mucho mayor gracias al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras que pagaron las eólicas. La primera edil, del Partido Popular, tiene claro que «hay que hacer cosas en los pueblos para revertir la situación de despoblación, cuanto más dinero tienes, más puedes hacer, y es nuestro caso. Sé que hay municipios que obtienen tantos o más beneficios que nosotros en la provincia de Soria gracias a los molinos pero, o no se lo gastan, o lo hacen en comidas y fiestas. Nosotros no malgastamos, lo invertimos, y no queremos dejar el dinero en el banco».
En dos décadas, el municipio ha aumentado su población censada en 12 personas, 8 de ellas han venido de fuera, teletrabajan, «e incluso ha nacido un bebé», dice orgullosa Feli.
«Lo primero que hice en cuanto vi que entraba dinero al ayuntamiento es cambiar la red de aguas, que estaba obsoleta y daba problemas, era del año 75 y la zanjas las habían picado a mano los propios vecinos del pueblo, no soportaba ya el abastecimiento ni la presión». Posteriormente construyó un centro cultural de 500 metros cuadrados que costó 420.000 euros, «era una necesidad que teníamos, los vecinos lo pedían, sobre todo porque en las fiestas hace frío y ahora celebramos muchas actividades dentro, incluso bodas, es un lugar de encuentro para las 400 personas que tiene el pueblo en verano».
Después vino la cobertura de telefonía móvil e Internet, «me costó lo mío peleando en la subdelegación del Gobierno pero finalmente Telefónica instaló aquí un poste que da servicio a todo el pueblo, antes teníamos que ir a la era a coger cobertura, y también tenemos Internet, un motivo principal para que los nuevos vecinos hayan venido porque pueden teletrabajar».
Y la vivienda, uno de los grandes problemas del medio rural, también ha estado en el foco de preocupación de la alcaldesa de Suellacabras. «Con el dinero de los molinos compramos terrenos particulares que albergaban casas que se estaban cayendo y hemos podido hacer viviendas municipales nuevas y apartamentos que ya tenemos llenos, el precio oscila entre los 250 y 300 euros al mes de alquiler y han sido rentadas por trabajadores jóvenes de la comarca o la provincia. También arreglamos otro edificio y lo convertimos en casa rural y eso atrae vida al pueblo los fines de semana».
No ha subido los impuestos a los vecinos en 20 años, «cada casa paga al año 8 euros por el agua y 25 euros por la recogida de basuras, está bonificado el impuesto de obras al 95% para que los vecinos rehabiliten sus viviendas y en algunos casos no las dejen caer».
Por supuesto no falta la pista de pádel y el frontón, y se ha cambiado la instalación eléctrica y las farolas, «los vecinos están encantados porque ven el pueblo muy arreglado, a la gente hay que darle cosas, tiene que tener alicientes. No porque vivas en un pueblo tienes que tener tu casa y nada más».
Y más contentos que van a estar porque el último proyecto que ya ha comenzado sus obras es una piscina climatizada, adjudicada por 1,4 millones de euros a una empresa de Tarazona. «Me ha costado sacarlo adelante porque no encontraba terreno para hacerla, y estoy muy orgullosa de que ya se vean las obras, no podremos abrirla para este verano pero sí ya para el siguiente, y además había que hacerla climatizada porque en Tierras Altas el verano es muy corto».
Es consciente de que se han hecho comentarios negativos por que un pueblo tan pequeño construya una piscina tan grande y tan cara pero, «si tenemos dinero suficiente por qué no la vamos a hacer, estamos dando trabajo a la empresa constructora, no estoy endeudando al ayuntamiento, los vecinos me pedían la piscina desde hace años, y después crearemos puestos de trabajo, habrá que contratar al menos a dos personas, un socorrista y un limpiador. Soy consciente de lo que cuesta mantener una piscina así, tenemos derecho a disfrutar como cualquier otro vecino de la provincia y contamos con la suerte de poder hacerlo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.