El sector prevé que la superficie de patata se dispare hasta un 12% por los altos precios

Los buenos precios que vive el producto en los últimos años y la aceptación por parte de los mercados, hacen prever un crecimiento en la superficie de patata en Castilla y León que podría llegar hasta un 12%. Esos son los pronósticos que hacen desde la Asociación de Productores de Patatas de la región (Appacyl), después de observar la evolución de este cultivo frente a otros que no pasan por sus mejores momentos, especialmente la remolacha. Esta situación hace temer por el equilibrio entre la oferta y la demanda del producto, ya que supondría la suma de casi 2.000 nuevas hectáreas. Una previsión que ha generado nerviosismo entre los agricultores que se dedican a la producción de patata que también se plantean otros interrogantes sobre la idoneidad de cerrar contratos antes de la siembra o «jugársela» sin contratar.

«Los agricultores están nerviosos por una campaña que no la ven muy clara porque viene de una anterior excesivamente buena en precios, y puede animar a agricultores a sembrar, incluso a productores que no sembraban antes», detalla el presidente de la Asociación de Productores, Eduardo Arroyo. En este sentido, puntualiza que la patata es un cultivo «agraciado a día de hoy», frente a otras propuestas que pasan momentos difíciles «con el tema de precios, de aceptación por parte de los mercados porque se van a ver perjudicados por Mercosur». Una situación que, a su entender, puede suponer un perjuicio para el sector con un exceso de siembras. «El año pasado teníamos unas 17.000 hectáreas, una superficie que está estabilizada desde hace un tiempo, si se crece entre un 10 y un 15%, supondría casi 2.000 hectáreas más, una cifra alta para que el mercado la asuma», explica el presidente de Appacyl. Una situación que, según Arroyo, ha desencadenado los «nervios» de los productores que se plantean qué hacer de cara a la próxima campaña que se comenzará a sembrar en alrededor de un mes. «Se preguntan qué hacer, si sembrar contratando o sembrar sin contratar. Si se la juegan o buscan estabilidad. Eso es de lo que se habla en el sector», precisa, lamentando que hay que valorar bien las cosas para evitar que «de un año bueno pasemos a un año que pueda venirse abajo».

Arroyo defiende que en el campo se está viendo la producción de la patata como una apuesta «seria», gracias a la labor que se está desarrollando desde la Interprofesional y la asociación de productores, que ha llevado a que el cultivo tenga «estabilidad» y comience a suponer «una importancia muy grande» en el panorama agrario regional. En este sentido, insiste en que tienen constancia de que esta situación y los altos precios está generando un efecto llamada donde se observa «a mucha gente que nunca ha sembrado patata, que ya está haciendo sus previsiones y comprando semillas para el cultivo».

Arroyo recuerda que el precio de la patata tuvo un bajón en octubre y noviembre por las lluvias y la humedad que provocaron que el producto y la producción se vieran dañados, pero que después ha repuntado con subidas de 0,10 y 0,15 euros por la falta de mercancía que se ha visto también ayudada por la escasez que hay en Francia. Respecto al futuro, concluye que es positivo que «no haya mucha mercancía» para empezar la campaña, pero hace hincapié en la necesidad de ser precavidos porque «de aquí a un mes empezarán las siembras, y a ver qué nos depara con esa previsión de crecimiento». En cualquier caso, el agricultor también recuerda que el sector ha vivido años muy buenos en cuanto a precios, pero también ha sufrido, como el campo en general, el aumento de los costes de producción que «casi se han doblado en cuatro años».

A un mes de la siembra para la nueva campaña, la actual se da ya prácticamente por terminada, ya que «queda algo en las cámaras, pero poco significativo». Las últimas partidas de producto se focalizan en las zonas más frescas en Burgos, León y norte de Palencia que «son más tardías». En las zonas de Segovia, Valladolid y Ávila ya están centrados en los que está por venir dando por finiquitada una campaña de buenos precios.

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