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El sector del ovino de leche alerta de que, si no se plantean las medidas necesarias para poner freno a la «sangría» que están sufriendo, en tres años el número de ganaderos descenderá en un 35%, algo que supondrá la reducción de un 20% en la producción. El gerente del Consorcio de Promoción del Ovino, José Antonio Asensio detalla que existe un plan estratégico que expone que ese será el escenario que se viva en enero de 2028, si se continúa con la línea actual. «Tenemos claro que la posición estratégica en un sector tan importante como el ovino, no se debe fundamentar en el precio de un mes, hay que abordar otras cuestiones que afecten a la rentabilidad y al propio precio», considera.
Asensio recuerda que, desde el mes de julio de 2024, el precio de la leche de ovino, comparado con el periodo anterior, ha sufrido un descenso del 15% sobre la cifra base. En esta línea, explica que el sector «venía trabajando con contratos de tres meses y ahora estamos con contratos de mes», ahondando en que los acuerdos con las industrias lácteas deben incidir, además de en las cifras, en la duración de los acuerdos de compraventa. «No estamos alcanzando entendimiento y vamos prácticamente mes a mes. Nosotros defendemos que tienen que ser, como mínimo, de entre tres y cinco meses, contratos temporales estableciendo los objetivos en cuanto a producción y viabilidad», apunta. Al respecto, añade que «lo ideal» sería trabajar con escenarios de seis meses o incluso un año «que no sería descabellado». En cualquier caso, apela a la necesidad de un escenario de negociación en un contexto «lo más profesional posible, donde se valoren los costes de producción, el consumo del queso, y los objetivos en cuanto a producción y calidad».
De no llegar a una solución en este sentido, pronostica que el sector seguirá sufriendo un abandono paulatino. «Estamos viendo cómo cada día o cada dos días, desaparece un ganadero y no somos capaces de detener esta sangría. Estamos observando que Castilla y León está perdiendo una posición de producción frente a Castilla La Mancha, porque sólo trabajamos en cuestiones de precio y de contratos de treinta días y esto es muy difícil sujetarlo en el precio», describe el gerente del Consorcio de Promoción del Ovino.
En la actualidad, en Castilla y León hay alrededor de 1.500 declarados en el sector, con cuatro organizaciones de productores que agrupan el 60% de la producción y cinco industrias lácteas que compran el 80% de la leche. «Las industrias tienen que tomar conciencia de que la mejor forma de seguir teniendo leche de oveja en condiciones para que se produzcan sus quesos es que tengan continuidad nuestras ganaderías y nuestras cooperativas». Y es que, a su entender, en el caso de que eso no se cumpla, «unos desaparecerán antes que otros, pero va a desaparecer un sector que lleva trabajando tantos años en genética y en manejo».
El futuro, según Asensio, se torna «muy complicado» al tratarse de un ámbito que necesita importantes inversiones en cuanto al manejo, en genética y en mano de obra, y que, además, se enfrenta a una legislación «compleja» y diferente entre provincias. «Si queremos garantizar el presente y el futuro, nos interesa más hablar de rentabilidad, y eso no se produce solo en una operación sino en muchas operaciones. Es imposible que alguien que no pertenezca al sector, haga una inversión en ovino de leche, porque el volumen de inversión, el conocimiento y el manejo es imposible», plantea. Apela a una posible solución estratégica: «que el ganadero que esté siga estando, pero como esto continúe así no van a terminar su vida laboral aquí, no porque no quieran sino porque no van a poder». En muchos casos, las nuevas generaciones optan por cambiar hacia el ovino de carne o el vacuno, al necesitar una menor inversión. Con este horizonte, Asensio insiste en que el año 2028 «está a la vuelta de la esquina», y si el sector «no se recupera, todas las inversiones que hay en las naves del medio rural, se echarán a perder».
Amparándose en la Ley de la Cadena Alimentaria, el sector del ovino pidió hace unos días la mediación administrativa que permita generar un espacio de negociación con las industrias lácteas. «Estamos a la espera del resultado, si se ha aceptado por la industria la mediación, porque dentro de poco empieza marzo y en 20 día estamos en producciones importantes y a ver cuál es la solución», lamenta José Antonio Asensio.
En esta línea, desvela que la industria ha planteado unos precios que «distan en un 3% del precio que nosotros hablamos», y la preocupación se centra en que «la distancia se produce en abril, mayo y junio, en estos tres meses la mitad de los ganaderos producen la mitad de su producción»
A la espera de cómo se desarrollan los acontecimientos en las próximas semanas, el sector del ovino entiende que la comisión de arbitraje ha comunicado la mediación y son las industrias las que tienen que aceptar o no. «Si dicen sí, correrán a cargo de la administración y si no lo aceptan tendremos que empezar con contactos empresa a empresa», concluye.
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