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El campo repite sus ciclos. Con condiciones más o menos favorables, el mes de agosto da un pista importante de lo que será la campaña de montanera (aprovechamiento de la bellota), salvo catástrofe meteorológica. Nicolás Galán, ganadero del municipio salmantino de Ituero de Azaba, ... no repara en calificativos cuando indica que en estos momentos «la cantidad de bellota que se ve es bestial».
Lo que los ganaderos denominan la 'muestra', la bellota que cargan los robles y encinas en esta época del año, hace pensar en una campaña con abundante fruto. «Hay encinas que son de referencia, especiales, y la muestra de esas encinas ya te indica. Este año se ven muchas más», señala Galán, quien asume que «hasta finales de agosto hay peligro de que se puedan estropear porque si llueve y hace calor, se melan». Tampoco favorecen las temperaturas superiores a 40 grados. Ese término tan específico se puede traducir como pudrir, este fenómeno se produce cuando en los meses de julio y agosto se alternan días de lluvia y calor, ya que las bellotas se contraen y se caen. Cuando tiene lugar esa mela de las bellotas, el fruto produce unos azúcares que liban las abejas para la extracción de la miel de encina. Otra particularidad de esta campaña es que «también el roble tiene bellota y el año pasado no había», recuerda este ganadero.
Las primeras bellotas que se pueden aprovechar en las dehesas cada montanera son las de roble o quejigo a partir del 15 de septiembre, y las de encina, a mediados de octubre. «Varía mucho de meter los cerdos en la montanera 15 días antes y sacarlos 15 días antes, son tres meses los que necesitas, y el 15 de diciembre ya los tendrías», argumenta Nicolás.
El ganadero no encuentra una justificación concreta al buen año de bellota: «Esto es un mundo, no lo sabemos, quizás no ha habido nieblas, los hielos no han atacado y el agua no ha sido mucha, pero quizás la justa». Aclara que la bellota que se da en las zonas de pizarra «se hiela más fácilmente, mientras que la de arena aguanta mejor».
La zona salmantina conocida como el Azaba, en la comarca de Ciudad Rodrigo, está considerada como una de las mejores para la producción de bellota, precisamente por esa característica arenosa. Para que una montanera sea perfecta también tiene que acompañara la hierba. «A los cerdos les viene de lujo», por eso se confía en que pueda darse una buena otoñada. «Ahora no es necesario que llueva, si lo hace, que no haga calor o esté nublado durante varios días para que no se mele la bellota, pero en septiembre sí que se necesita algo de agua».
Los cerdos que entrarán en las montaneras se denominan primales y es en esta época cuando comienzan todos los movimientos de compra. «Da igual en la provincia de Badajoz que en la de Salamanca, ahora piden por los primales unos 270 euros y eso es un dineral».
Este animal tiene, como mínimo, 12 meses y su peso medio de lote suele oscilar entre los 92 kilogramos y los 115. «No es lo mismo un primal reviejo de calidad del mes de agosto o septiembre, que uno de noviembre, más nuevo y al que le cuesta más adaptarse al monte».
Hay quien se dedica a preparar los primales y quien, como el propio Nicolás, ya los adquiere en enero. «Para nosotros es donde puede estar la ganancia, porque nos sale más barato». Este año hay menos primales «porque la gente los ha quitado, el año pasado valió poco», indica el ganadero, quien señala que «sí que hay de pienso muchos, pero eso para aquí no vale».
Según los datos de la interprofesional del cerdo ibérico, Asici, en la última montanera (2020-2021) se sacrificaron un total de 682.935 cerdos de bellota, lo que supone un descenso del 6,9% con respecto a la campaña del año 2019-2020. Un total de 672.504 fueron canales aptas. Destaca el crecimiento de los 100% Ibéricos, precinto negro, que alcanzaron el 63% del total de animales de bellota sacrificados. El 37% restante corresponde al precinto rojo, en el que los catalogados como 75% Ibérico supusieron el 9% y el 28% restante pertenece a la categoría 50% Ibérico.
Por comunidades autónomas, en Andalucía se engordaron el 46,8% de los animales de bellota (319.889 animales), con un descenso del 7,3% con respecto a la campaña anterior; en Extremadura se cebaron el 35,2% (240.376 animales), con una disminución del 9%, y en Castilla y León, el 7,7% (52.900 ejemplares), un 0,3% menos. Del total de animales engordados en las montaneras de la región, el 33% eran 100% ibéricos; otro 22% pertenecían a la categoría del 75% y el otro 45%, al 50% ibérico. Salamanca concentra el 94% de los animales engordados en el ámbito regional.
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