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«A priori y en líneas generales estas lluvias vienen muy bien, vienen excepcionalmente bien. Podrá haber casos muy puntuales, lógicamente, en los que la uva esté muy blanda o muy avanzada la maduración, pero en general estas lluvias vienen excepcionalmente bien», remarca Alberto Tobes, ... director del Servicio de Experimentación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero.
Durante el fin de semana la media de litros caídos en la Ribera ronda los 25 o 30 litros. «En algunos sitios, como Aranda o Peñafiel, el sábado cayeron en torno a 20 litros y el domingo se complementaron con otros 9 o 10 litros, más o menos». En el municipio burgalés de Vadocondes, «el sábado cayó un poquito menos, lo mismo que pasó en la zona más alejada de la Ribera, hacia Soria, como en San Esteban de Gormaz, que nos fuimos en torno a 15 litros y, el domingo, pues parecido; cayendo en ambas jornadas unos 25 litros. En el otro extremo, en la zona más occidental de la Ribera, en la zona de Valbuena de Duero (Valladolid), el sábado cayeron unos 10 litros y el domingo, aproximadamente, por ahí también, otros 10 litros».
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M. J. Pascual
Tal y como explica Tobes, «han sido unas lluvias pausadas, han caído poco a poco, no han caído en forma de gran tormenta, por lo tanto todo el agua ha sido aprovechada por el viñedo, ha sido absorbida por el suelo. Esto, lo que nos quiere decir es, en primer lugar, que nos ahorramos cárcavas, escorrentías y problemas en el suelo, problemas de lavado excesivo. Por lo que todo el agua va a ser aprovechado por el viñedo. Llevábamos dos meses prácticamente sin ver el agua, por lo que el viñedo tenía mucha sed. Este agua le va a venir muy bien para la maduración, porque el viñedo estaba empezando a tener mucha sed, empezaba a tener estrés hídrico». Este estrés «iba a ralentizar la maduración porque si el viñedo no tiene agua este no puede metabólicamente trabajar. Por lo tanto el agua va a venir bien», reafirma el responsable de Experimentación del Consejo Regulador ribereño, quien señala que «las lluvias son positivas, van a hacer que la maduración se retrase ligeramente y venga una mejor maduración, una mejor calidad de la uva y también una mayor cantidad».
Otro factor positivo que beneficia a la viña es el hecho de que las lluvias vienen acompañadas de viento, y, como sucedió el sábado y el domingo, con momentos de sol, lo que permite que la planta, y sobre todo los racimos, se oreen y se sequen, lo que «evitará que se puedan desarrollar enfermedades». Lo óptimo y deseable ahora es que, si hablamos del viñedo, las lluvias cesen hasta después de la vendimia, la cual se puede generaliza durante la última semana del mes de septiembre, en torno al día 25, después del ligero retraso en culminar la maduración la uva tras el sensible descenso de las temperaturas de los últimos días. Un ligero retraso que, como se ha dicho, será muy positivo para completar una maduración óptima «porque, precisamente, al tener agua la planta esta va a poder trabajar muy bien y acabar la maduración en muy buenas condiciones». «Ahora que ha echado un buen trago la planta y que tiene agua suficiente para acabar la maduración pues lo mejor sería que no lloviese. Dan lluvias para el fin de semana pero parece que no son muy intensas, y aunque cayese algo tampoco pasaría nada, pero lo mejor sería que ya no lloviese hasta después de vendimiar», refleja Tobes.
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