Al cuidado de la agricultura y de sus vecinos

A sus 30 años, reside en el pueblo que la vio nacer, Santa María del Prado, una pedanía de Matamala de Alamazán de la que es alcaldesa por el Partido Popular. Con a penas una veintena de habitantese censados, menos viviendo, indica que al ayuntamiento «no es que le dedique ni un día a la semana, vivimos diez personas, y a lo mejor tengo que ir a entregar un factura, la dejo y son diez minutos«.

La sigue sorprendiendo e, incluso, no entiende que en todas las entrevistas salga a relucir esa apuesta por vivir en un medio rural cada vez más despoblado. «He vivido siempre aquí, a no ser que por algún motivo haya un cambio, no contemplo irme». Insiste en que en Santa María del Prado «me siento agusto, a la ciudad voy cuando quiero, pero para vivir no me lo planteo».

Su pueblo se ubica a 30 kilómetros de la capital soriana donde estudió Formación Profesional, un grado medio de Mantenimiento y, posteriormente, un grado superior de Telecomunicaciones, pero incluso en aquel momento se traslabada a diario.

En su explotación cultiva cereal y girasol en secano y regadío, y durante varios años ha formado parte de la treintena de agricultores de todo el país que se ha dedicado a la flor de cebolla. «He ido metiendo este cultivo, pero este año no porque depende de las necesidades mías y del mercado».

La flor de cebolla se siembra en septiembre y el objetivo es que de esa flor se pueda extraer la semilla, que se recoge en agosto, «asi que está todo el año». Esta variedad no necesita unas características especiales de suelo ni de clima, pero sí regadío y abejas para la polinización, «para que obtengas un buen resultado».

En estos momentos no se plantea introducir otros cultivos, «pero si se presenta la oportunidad es algo que no descarto».

Ana Pastor también está vinculada a la actividad sindical a través de la organización profesional agraria Asaja.

El mensaje que deja Ana a los jóvenes es «que de verdad apuesten por la agricultura y el medio rural».