Wismichu: «Los videojuegos explican grandes historias igual que el cine o un libro»

– Los beneficios del Grand Prix de esta edición van a los fondos de Save the Children. Con la influencia enorme de los 'youtubers', ¿cree que podrían jugar un papel más activo en cooperación y darle más visibilidad?

– Creo que es genial que se haga este tipo de eventos y que se aproveche la influencia que tenemos, tanto 'youtubers' como la gente de 'eSports'. ¡Ojalá se hiciesen más!

– Este formato Grand Prix, ¿podría ser una fórmula para, desde la competición, generar hábitos sanos y de trabajo en equipo a los amantes de los videojuegos?

– Es un poco al revés. El juego en equipo, los hábitos y la competición sana deberían ser las bases de cualquier deporte y equipo, incluyendo, obviamente, a los 'eSports'. A partir de ahí, se debería poder hacer cualquier tipo de competición y formato. Pero este Grand Prix puede ayudar a los que tienen rivalidades y sean muy competitivos a centrarse en lo realmente importante: este evento y la causa del mismo.

– Bilbao se consolida como una plaza fuerte, con el mayor evento de toda Europa. Ya que hablamos de competir, ¿en qué liga juega España en este mundo si la comparamos con otros países?

– Tenemos una presencia muy importante, grandes jugadores y gente que ha dado que hablar en otros países. Seguiremos así o incluso más, pues los chavales que ahora empiezan tienen un tremendo potencial y terminarán siendo una gran representación en el panorama internacional.

– Su comienzo fue hace una década y, precisamente, con los videojuegos. ¿Cómo ve la evolución y hacia dónde marcha esta afición que parece imparable?

– Son parte de la vida de todos, ya sea de manera más causal o más pro. Todo el mundo juega o ha jugado a videojuegos. Gracias a ellos podemos disfrutar de grandes obras que están a la altura de libros o películas. Al final, mi forma de entretenimiento cuando llego a casa después de trabajar es ver una peli, leer o jugar. Para mí, las tres están a la misma altura de disfrute. Hace años era impensable.

– ¿Considera realmente que los videojuegos han alcanzado el suficiente interés, peso y calidad como para estar a la altura de sectores como el cine, donde usted ya se ha estrenado, o la música? Lo cierto es que el sector ya factura más que ambos juntos.

– Por supuesto. Los videojuegos ya no son solo un fenómeno de entretenimiento, sino cultural. Este mes, por ejemplo, ha sido excepcional, porque han salido títulos increíbles. Llegaba a casa y tenía un gran abanico de posibilidades: desde verme la ultima temporada de 'Bojack Horseman', a irme al cine a ver 'Parásitos', que todo el mundo habla de ella... O jugar 'Pokemon', que acaba de salir, o el nuevo de 'Star Wars' o 'Death Stranding'... Pero también tengo un montón de libros de Sanderson que quiero leer... No sé si me explico; para mí, está todo al mismo nivel. ¡Por Dios, llegaba a ponerme nervioso, no tengo tiempo para tanta oferta!

– ¿Le ofende que se consideren solo una alternativa de ocio vinculada a la juventud?

– Es que me parece una falta de respeto. Los videojuegos tienen muchísimo trabajo detrás y son capaces de explicar grandes historias al igual que se hace en el cine o en un buen libro. Y lo importante es que se nutren entre ellos, no solo coexisten; hay libros que han inspirado videojuegos, hay videojuegos que han inspirado películas, hay videojuegos con grandísimas bandas sonoras que he terminado escuchando diariamente como si del 'hit' del momento se tratase...

– En su canal demuestra que puede hacer de todo, incluso reinventarse roles, provocar y jugar con su audiencia. ¿Cómo se gestiona esa responsabilidad? ¿Cuáles son los límites que se pone a sí mismo?

– La verdad es que no lo sé. Son siete años subiendo vídeos y el canal ha dado unos giros muy grandes. El creador como concepto, sea quien sea, no debe ponerse límites; tiene que dejarse llevar, experimentar, hacer lo que realmente le apetece, porque así es como un creador va a disfrutar. Sí que hay límites, pero hay que explorarlos y darse cuenta de dónde están. Y eso se hace a base de darse tortas algunas veces. En definitiva, un creador no debe ponerse límites, pero seguro que se encontrará con ellos.