Así es el vórtice polar estratosférico: su rotura traería una ola de frío
La Agencia Estatal de Meteorología ha advertido la posible llegada de viento polar a Europa, pese a prever uno de los inviernos más calurosos desde que existen registros
La Agencia Estatal de Meteorología ha advertido a través de su perfil de Twitter que una ola de frío polar podría amenazar Europa, como consecuencia de la ruptura del vórtice polar estratosférico. Este área que rodea los polos de la Tierra contiene baja presión y corrientes de aire frío que rotan permaneciendo en las zonas polares. Durante el invierno puede expandirse o romperse debido al calentamiento repentino de la estratosfera, enviando vientos calientes al hemisferio sur y olas de frío a Europa y Estados Unidos.
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Este fenómeno no debe confundirse con el chorro polar, ya que ambos se encuentran en capas diferentes de la atmósfera; el chorro aparece en la troposfera, a una altura de entre ocho y quince kilómetros por encima de la superficie, mientras que el vórtice se compone en la estratosfera, entre los quince y los cincuenta kilómetros de altitud. Por otro lado, hay que diferenciarlo también del vórtice polar troposférico, porque éste es permanente y el estratosférico existe solamente entre otoño y primavera.
La variabilidad climática en latitudes medias del hemisferio norte en invierno está muy ligada al comportamiento del vórtice polar estratosférico, especialmente cuando éste es muy débil. En pocos días, se calienta enormemente y sus intensos vientos del oeste se debilitan y cambian su dirección de giro.
Además, generan abundantes precipitaciones en la cuenca atlántica de la Península Ibérica y producen invasiones de aire frío. No todos los calentamientos repentinos de la estratosfera producen impactos visibles en la troposfera, por ello la AEMET estima que aún es pronto para afirmar que se producirán las olas de frío polar y siguen observando la evolución del fenómeno.
Calentamiento repentino de la estratosfera en 2018
Uno de los últimos calentamientos repentinos de la estratosfera tuvo lugar en 2018 y provocó gran impacto en la superficie de la Tierra, principalmente en las zonas medias del hemisferio norte. En el norte de Europa, generó la llegada de una ola de frío siberiano mientras que en el sur, especialmente en la Península Ibérica, produjo vientos muy intensos y abundantes precipitaciones.
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