Borrar
Fede Nieto (Argentina, 1969) atiende una llamada. R. C.
Un verso de socorro

Un verso de socorro

Poesía de Emergencia nació hace un par de años y no deja de ganar adeptos. Solo tienes que llamar al 659 861 032 y alguien te leerá un poema

IRMA CUESTA

Martes, 15 de octubre 2019, 08:19

A Edu Bernal, que no es poeta aunque le gustaría, se le ocurrió la idea una tarde en la que él y Fede Nieto andaban dándole vueltas a la forma de animar a la gente a acudir al teatro a escuchar poemas. De aquella tormenta de ideas surgió Poesía de Emergencia, una suerte de 112 para el alma y para los millones de amantes de los versos que andan sueltos por el mundo deseando que alguien les recite al oído. Dos años después, cerca de 140 voluntarios de todos los rincones de España han colaborado desinteresadamente en su empeño en alegrarnos el día con un poema a cambio de nada.

La cosa funciona de la siguiente manera: uno solo tiene que marcar el 659 861 032 y al otro lado de la línea alguien le dirá: «Hola, poesía de emergencia», y le recitará un poema. Nada de presentaciones ni de intercambiar impresiones, simplemente le leerán unos versos, le informarán del título de la obra y del nombre del autor y se despedirán deseándole un buen día. «Tanto Fede como yo somos programadores del Horiginal, unas conocidas sesiones de lectura de poesía en Barcelona, y estábamos empeñados en idear algo que ayudara a que la gente le quite el miedo a los poemas. Los primeros meses de Poesía de Emergencia nadie nos hacía caso. Apenas recibíamos tres o cuatro llamadas a la semana. Ahora estamos desbordados. Tenemos cuatro líneas de teléfono y hay días de 500 llamadas», cuenta Edu, que reconoce que ni en el mejor de sus sueños imaginaron algo así.

Edu Bernal (Barcelona, 1970) descuelga dispuesto a recitar un poema. R. C.

En Poesía de Emergencia hay actualmente cuatro terminales en activo, todos analógicos y de prepago –nada de 'smartphones'– vinculados al mismo número. La idea es que, cuando suene, el primero de los voluntarios que esté disponible en ese momento atienda la llamada. Tres de los aparatos son de segunda mano, regalos de amigos de Edu y Fede, y el cuarto es un Nokia. Hoy, los cuatro teléfonos están siendo atendidos por voluntarios de Avilés, Madrid, Granada y Murcia.

Hola desde Avilés

La chica que contesta desde Avilés se llama Rosana. Saluda y me recita un poema de Gloria Fuertes («Siempre con los colores a cuestas/Siempre con los colores en la cara/Por la vergüenza de ser honesta /Siempre con los colores en danza»). Luego se despide deseándome un buen día. Hay que volver a llamar e identificarse para que nos cuente que ella ha llegado hasta esa especie de teléfono lírico a través de la Asociación de Poesía de Avilés; que esta mañana ha empezado con Gloria Fuertes porque le parecía adecuado hacerlo con algo fresco, y que para el resto del día tiene preparados versos de Ángel González, de Neruda y de Machado. Son algunos de los que encabezan su lista de preferidos. Ella es poeta, pero no es necesario serlo para sumarse a la iniciativa. Basta con que te guste la poesía y la disfrutes. «Tenemos dos perfiles de voluntarios. El de muchos poetas que recitan sus propias obras y el de amantes de la poesía que elaboran una lista con aquellos poemas que tiene un sentido para ellos y los recitan. Cada cual según su gusto. Nosotros también colaboramos de vez en cuando, especialmente al principio», cuenta Edu Bernal. «¿Que cuáles eran mis preferidos? A mí me gusta la poesía surrealista, solía apostar por algún trabajo de Manos de Topo». El creador de Poesía de Emergencia confiesa que, aunque le habría gustado ser poeta (incluso se apuntó a un taller hace unos años), no tiene talento. Se conforma con su trabajo como gestor cultural, aunque sea administrador de sistemas de formación, y con seguir alentando esta iniciativa.

Manuel del poeta voluntario

  • 1. Cuida del teléfono.

  • 2. Mantenlo encendido el máximo tiempo posible.

  • 3. Evita interactuar.

  • 4. Al descolgar, preséntate así: «Poesía de Emergencia».

  • 5. Lleva contigo un libro de poesía toda la semana (escoge alguno que te apetezca) y no descuelgues hasta que lo tengas abierto por el poema que quieras recitar (aunque algunos tenemos muy buena memoria, nos falla en el momento más comprometido).

  • 6. Intenta que el poema no sea demasiado largo, no debería llevarte más de tres minutos.

  • 7. Al colgar: «Tenga un buen día», o «buena noche…».

  • 8. Lleva un adhesivo a tu librería favorita y háblales del proyecto, ahora también formas parte de él.

Tampoco Fede es poeta. Él es profesor, fotógrafo y ahora también escritor. Acaba de publicar 'Niño anómalo', una novela en la que el hijo de una familia argentina que a punto estuvo de engordar la lista de desaparecidos de la dictadura y que protagonizó una larga huida hasta el exilio barcelonés cuenta su experiencia. Él es ese niño que hoy anda embarcado en una propuesta que no deja de ganar adeptos. Tantos que han decidido aceptar donaciones para poder seguir aumentado el número de líneas de teléfono. Porque el proyecto no pone límites a quienes quieran tomar parte en él desde una lado u otro de la línea. Durante el primer año fue utilizado, como receptor, por alumnos de un par de institutos, en una iniciativa promovida por sus profesores de literatura, dentro del marco de formación de la materia. Todavía hoy hay algún que otro maestro que de vez en cuando comienza sus clases llamando al 659 861 032. Lo saben porque al desear un buen día y colgar han escuchado aplausos. Pero el objetivo sigue siendo el mismo: que nadie se queda sin un poema. Ni siquiera los comerciales de las compañías telefónicas en busca de nuevos clientes. «Recitamos el poema como si no pasara nada».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Un verso de socorro