Los sistemas de ayuda al conductor obligatorios para los nuevos vehículos

Desde el pasado 6 de julio, todos los coches de nueva homologación deben incorporar de serie un total de ocho sistemas de ayuda al conductor, también conocidos como ADAS. Para conocerlos, la DGT ha lanzado una campaña para dar a conocer en detalle cómo funciona cada uno de ellos, sus ventajas y qué tipos de accidentes pueden evitar cada uno de ellos. Según un estudio realizado por el Parlamento Europeo, estos sistemas permitirían evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves en Europa.

El Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte pone el foco en la velocidad como una de las principales causas de accidentes y sus consecuencias. Es por ello que propone controlarla para que se cumplan los límites establecidos por ley gracias a esta tecnología, que ya es obligatoria en los vehículos de nueva homologación. Se trata del Asistente de Velocidad Inteligente, conocido como ISA. Este aparato conecta el control de crucero con el sistema de reconocimiento de señales para conocer el límite que rige en cada carretera ya avisar al conductor de que está excediendo la velocidad, llegando incluso a limitar la rapidez del vehículo.

Esta cámara ayuda a la hora de maniobrar marcha atrás y las más complejas incluso permiten asistir a la hora de estacionar mediante líneas auxiliares de guía que marcan la trayectoria. Se activa de manera automática cuando insertamos la marcha atrás y es uno de los mecanismos más conocidos de los vehículos más modernos. Este sistema también avisa al conductor de la presencia de obstáculos laterales a una distancia de 30 metros y, en caso de que el conductor no reacciones, el sistema alerta con un toque en los frenos e incluso deteniendo el vehículo.

En algunas ocasiones, mientras conducimos, podemos perder la trayectoria del coche y terminamos saliendo del carril, ya sea en autopista, autovía o carretera. Para ello, este sistema utiliza cámaras o sensores cuyos datos son analizados por el vehículo para alertar al conductor de la situación a través de señales luminosas, acústicas o por la vibración del volante o el asiento. La evolución de la tecnología permite mover el volante o, en algunos coches, intervenir sobre el control de estabilidad.

El detector de fatiga es un asistente que permite controlar el cansancio del conductor, así como la fatiga y la somnolencia al volante. Lo hace a través de un sensor en el volante, que analiza la presión que ejerce el conductor, así como los movimientos de sus manos y los cambios de dirección. Los sistemas más evolucionados también se sirven de una cámara que monitoriza las facciones de la cara, como los movimientos de los ojos o de la cabeza. Además, gracias al motor, este dispositivo analiza el tiempo que lleva el motor en marcha. Si se detecta fatiga, se emite una señal luminosa en el coche que aconseja al conductor hacer una pausa.

Asistente que permite acortar el máximo de distancia de frenado y que está asociado con el ABS y el control de estabilidad, elementos obligatorios ya desde 2003 y 2014 respectivamente. Este nuevo sistema asegura que la frenada se realiza con la intensidad necesaria para detener el coche reduciendo al máximo la distancia de frenado. El aparato mide la intensidad con la que el conductor pisa el pedal de freno y la velocidad con la que se libera el acelerador para detectar si se está ante una situación de peligro inminente.

La Unión Europea considera que las cajas negras son una herramienta muy útil a la hora de mejorar la seguridad de lo vehículos. Gracias a estas, podemos recopilar información, tanto del vehículo como de sus ocupantes y almacenar datos para, en caso de accidente, conocer lo que ha ocurrido antes, durante y después del siniestro. Cuando ocurra un choque, este aparato grabará todos los datos de los 30 segundos anteriores al siniestro y de los cinco posteriores. La DGT avisa de que el aparato no guarda los guarda los datos personales del conductor, como el nombre, la edad o el sexo.

Desde 2014 es obligatoria una alarma acústica y visual para advertir de que el cinturón de seguridad no está abrochado, pero solo en las plazas delanteras. Ahora, también lo incluirá para las traseras. Este sistema determina si una plaza está ocupada mediante un sensor de carga y comprueba mediante otro situado en la hebilla del cinturón si está bien cerrado. Así, este sistema permite conocer si los pasajeros llevan bien puesto el cinturón o si, en caso de los niños, el sistema de retención infantil se encuentra bien ajustado.

El sistema de reconocimiento de señales reconoce todo tipo de indicaciones, incluidas las digitales fijas o variables así como las restricciones temporales. Este ADA se complementa con otros como el control de crucero adaptativo o el asistente de velocidad inteligente. Las señalizaciones las reconoce a través de una cámara delantera en el GPS y otra situada en el limpiaparabrisas, que detecta restricciones temporales como zonas en obras.

La DGT aclara que la obligación de la Unión Europea será la preinstalación de un sistema en todos los coches nuevos para facilitar la implementación de un alcoholímetro con bloqueo. El sistema permite que, en caso de que el conductor arroje una prueba positiva, no se pueda arrancar el coche, incluso permite hacer un seguimiento exhaustivo del conductor en cuanto al uso de alcohol.

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