
Hoy, sábado 1 de junio, el santoral cristiano celebra a San Justino Mártir. También conocido como el Filósofo, fue uno de los primeros escritores reconocidos del cristianismo primitivo. Tras su converisón del paganismo, se dedicó por enteron en su labor evangelizadora desde su Flavia Naepolis natal (antigua ciudad fundada por los romanos al norte de Jerusalén) hasta Roma e incluso trató de acercar posturas con el judaísmo y los dioses antiguos.
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Se le reconoce como autor de dos apologías (textos en los que se divulgaba la fe y los ideales cristianos) destinadas a la élite de la sociedad del siglo II y un tercer texto similar, el Diálogo con Trifón, que también sirve de apología frente al judaísmo y presenta diferentes interpretacioens de los textos bíblicos. Su defensa del cristianismo y su negativa a ofrecer sacrificios a los dioses romanos le valieron la muerte por decapitación junto a otros fieles.
La onomástica católica también celebra la festividad de Nuestra Señora de la Luz. Nombrada también como Virgen de la Luz, es una representación cuya historia se remonta al siglo XVII en Palermo, cuando un jesuita italiano que quería una imagen mariana pidió insipiración a una mujer -con fama de tener visiones- para que le ayudase a confeccionarla.
Fue enctonces cuando, según la tradición, la Virgen se apareció resplandeciente a esta devota sujetando con una de sus manos un alma, para que no cayera en las fauces de una bestia del infierno -un Leviatán posteriormente censurado y suplantado por alusiones infernales- y un Niño Jesús en la otra al que un ángel le ofrecía un canasto lleno de los corazones. Según esta historia, fue la propia Virgen la que revelo su deseo de ser retratada de aquella manera así como su nombre: «Madre Santísima del Lumen o de la Luz».
Desde aquel entonces, su veneración se ha ido extendiendo por todo el mundo y en España, se erige como patrona de Cuenca y posee tiemplos dediados a su advocación en Tarifa, Tenerife o Gran Canaria. También cuenta con numerosas iglesias y catedrales distribuidas por América Latina, donde se la profesa especial devoción.
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San Amón de Alejandría
San Aníbal María di Francia
San Caprasio de Lérins
San Floro de Auvernia
Santa Fortunato de Montefalco
San Íñigo de Oña
San Isquirión de Licópolis
San José Tuc
San Ronan de Quimper
San Simeón de Tréveris
San Vistano de Lichester
El día de la celebración de los santos tiene sus inicios en tierras españolas gracias a la tradición cristiana que se instauró hace siglos en España. ¿Pero qué significa, en realidad, celebrar el santo? El catolicismo ha cogido cada uno de los días del año para recordar (conmemorar) a aquellos cristianos ilustres que, además, sufrieron tormentos, en muchas ocasiones de aquellos que repudiaban la fe católica.
Existe una palabra asociada a la felicitación del santo. Se trata de la palabra «onomástica», que se refiere al día en el que según el santoral católico es la festividad del santo de la persona con ese nombre. Es común referirse también al cumpleaños de una persona como onomástica, aunque no son palabras sinónimas. Esto sucede porque era tradición poner a las personas el nombre del santo correspondiente al día en el que habían nacido. De esta manera, santo y cumpleaños coincidían en una única fecha, llamada comúnmente onomástica.
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