Sanidad amplía en su ley antitabaco el veto al humo en discotecas al aire libre y campus universitarios

Este anuncio de la ministra, realizado a los medios de comunicación ayer, llega dos días antes de la celebración del Día Mundial Sin Tabaco mañana sábado, y en mitad de la movilización multitud de asociaciones médicas y activistas que estos días han reclamado una apuesta decidida contra este hábito.

Aún, según los últimos datos de la Encuesta 2024 sobre Alcohol y otras Drogas en España, uno de cada cuatro españoles fuma a diario. Un cifra ocho puntos inferior a la registrada en el anterior informe, de 2022, pero que aún deja margen de mejora. Sobre todo porque los cigarrillos son los responsables directos de unas 60.000 muertes cada año, sobre todo por enfermedades cardiovasculares, recuerdan periódicamente las distintas asociaciones médicas implicadas en la lucha antitabaco.

La eficacia de medidas drásticas quedó demostrada con la anterior reforma de la ley, en 2010, cuando se prohibió radicalmente fumar en bares y restaurantes. La polémica en el sector hotelero y los fumadores pasó y el consumo global de tabaco descendió en España de casi el 29% al 19% de la población.

Para que algo así pueda volver a pasar, se espera este nuevo paso legislativo. «Siempre lo hemos dicho: es la hora de ser ambiciosos en la lucha contra el tabaquismo, una de las principales amenazas para la salud pública, que causa el 30% de los cánceres», valoró la titular de Sanidad.

A pesar del retraso de años que ya acumula el proyecto, y aunque el texto de la norma espere ya pocas modificaciones, aún debe pasar por el Consejo de Ministros y por el Congreso para su tramitación parlamentaria. «Estamos trabajando para que vea la luz pronto», se limitó a decir la ministra.

Sobre los detalles de la norma, defendió ampliar el veto a todos aquellos espacios donde tiene sentido proteger la salud de la población y apeló a la «evidencia científica» para tomar estas medidas. Por ejemplo –explicaron fuentes de Sanidad– no se va a poder fumar en vehículos de uso laboral, tampoco se podrá fumar en centros docentes, incluyendo los espacios al aire libre como los patios de los institutos o los citados campus universitarios.

También quedarán libres de humo las instalaciones deportivas, las piscinas de uso colectivo, las marquesinas de los autobuses y las salas de fiesta exteriores.

Con todo, además de proteger a la población no fumadora –ya que estar expuesto al humo del tabaco también daña la salud– lo que se espera es eliminar la sensación de normalidad alrededor de este hábito. Es decir, que finalmente sea raro ver a una persona fumando en un entorno público, como sucede en otros países.

Además de la delimitación de espacios, la ley incluiría la financiación de tratamientos para dejar de fumar desde el Sistema Nacional de Salud, la regulación y control de nuevos dispositivos de consumo, y el incremento de la fiscalidad sobre productos relacionados con el tabaco.

Sobre el etiquetado genérico, que ayer pidieron implantar medio centenar de asociaciones médicas y activistas con motivo de la celebración día Mundial Sin Tabco mañana, la ministra explicó que éste debe debatirse en el marco de una ley, tal y como les indicó Bruselas en su momento, y no en el Real Decreto que está ahora en periodo de alegaciones en Europa, donde sí se incluyen las medidas que afectarían a los vapeadores, la puerta de entrada al hábito de la población más jóven.