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El color de los alimentos puede aportar mucha información para decir cuál incluir en la dieta, ya que dependiendo del pigmento que tenga puede aportar unos valores nutricionales u otros. Lo ideal para conseguir una dieta equilibrada es consumir productos de todos los colores, por lo que así es más probable ingerir los diferentes nutrientes necesarios para mantenerse sano y no olvidarse de ninguno de ellos.
Todos los alimentos contienen macronutrientes -carbohidratos, lípidos y proteínas-, micronutrientes -vitaminas y minerales- y los fitoquímicos, que son los encargados de aportar el tinte y pueden agruparse en tres grupos diferentes: los carotenoides, la clorofila y las antocianinas. Casi todos desempeñan una potente función antioxidante y pueden reducir los riesgos de enfermedades degenerativas, cardiovasculares o algunos cánceres.
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El cuerpo humano no es capaz de generar los carotenoides, por lo que es importante ingerirlos en los vegetales naranjas, amarillos y rojos. Sus beneficios para la salud son múltiples: reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, son un potente antioxidante, protegen la piel y ayudan a mantener una buena salud ocular. Destacar que estas ventajas únicamente se aprovecha cuando se consumen los alimentos enteros. Los productos más ricos en estos pigmentos son tomates, cerezas, frambuesas, sandías, pimientos rojos, zanahorias, papayas, albaricoques, melocotones, nectarinas, calabazas, boniatos, melones cantalupo, mangos y maíces.
Los alimentos que poseen clorofila son, generalmente, aquellos de hoja verde. Se encargan principalmente de oxigenar el organismo, favorecer la eliminación de metales pesados y ayudar en el mantenimiento de la flora intestinal. Además de aportar estos beneficios, suelen ser ricos en vitamina K, ácido fólico, magnesio y carotenos, el pigmento mencionado anteriormente. Este componente se encuentra en acelgas, espinacas, brócoli, espárragos, coles, alcachofas y kiwis.
La antocianina tiene un gran poder antioxidante que ayuda a reducir el riesgo de infartos de miocardio, de enfermedades cardiovasculares, de diabetes tipo 2, posee efecto neuroprotector, mantiene el peso corporal y disminuye la mortalidad. Los alimentos que contienen este pigmento son los morados y azules, es decir, arándanos, uvas, moras y coles lombarda. Además, algunas frutas rojas, como las fresas, también son ricas en este componente.
Por su parte, los alimentos de color blanco también aportan nutrientes que ayudan a mejorar la salud cardiovascular. Estas sustancias son las indoles, la quercetina y la alicina. En este grupo se podrían incluir los puerros, los rábanos, las cebollas y los ajos.
Pese a los beneficios que aportan estos pigmentos, conviene destacar que el valor nutricional de los alimentos está determinado también por otro tipo de componentes. Por tanto, es necesario incluir en la dieta todo tipo de colores para no olvidar ningún nutrientes necesario específico, pero eso no quiere decir que únicamente los proporcionen estos fitoquímicos.
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