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Cremas solares contaminantes: ¿Sabes lo que te estás poniendo en la piel?

Cremas solares contaminantes: ¿Sabes lo que te estás poniendo en la piel?

Muchos protectores solares incluyen en sus ingredientes disruptores endocrinos, peligrosos para el cuerpo humano y para la naturaleza. Cada vez más marcas ofrecen alternativas saludables y respetuosas con el medio ambiente

Rebeca Alonso

Valladolid

Martes, 21 de junio 2022, 00:09

La sociedad es cada vez más consciente de que los protectores solares convencionales pueden ser peligrosos para nuestra salud y para el planeta. Ecologistas en Acción ha catalogado por primera vez una playa española, concretamente de Andalucía, en la categoría de bandera negra por contaminación de crema solar. «Cada vez que una persona embadurnada en filtros solares químicos se baña en un mar, río o lago, deja parte de estos tóxicos en el agua», afirman desde esta ONG. Además, esos ingredientes, en gran parte disruptores endocrinos, pueden afectar a nuestras funciones hormonales. No es de extrañar que la pubertad adelantada afecte actualmente a un 12% de las menores y en mucha menor medida también a los chicos, según indica la Asociación Española de Pediatría, desde donde aseguran que se trata de un motivo de consulta cada vez más frecuente. Recientemente, la OCU ha alertado del peligro en concreto de dos ingredientes de estos productos: homosalate y octocrylene. «El homosalate puede interferir en la funcionamiento normal del sistema endocrino y el octocrylene puede degradarse hasta convertirse en benzofenona, una sustancia potencialmente disruptora del sistema endocrino, cancerígena y mutagénica», afirma la organización. Eso sí, tanto desde la OCU como desde la Asociación Contra el Cáncer insisten en que ante todo lo importante es protegerse del sol. Pero, ¿es posible hacerlo evitando estos peligros? La respuesta es sí.

Para empezar hay que diferenciar entre filtros solares químicos y físicos. Los químicos son los que llevan la mayoría de los protectores que encontramos en grandes superficies y farmacias y que pueden implicar un riesgo para la naturaleza y el ser humano. Para que sean efectivos deben aplicarse entre 20 y 30 minutos antes de la exposición solar para que penetren en la piel y puedan transformar los rayos de sol que llegan. Por otra parte existen los filtros físicos, que contienen ingredientes de origen mineral, normalmente óxido de zinc y dióxido de titanio, que funcionan como un escudo ante el sol y protegen desde el momento que se aplican.

Nanopartículas

En este caso hay que tener en cuenta que estos compuestos minerales no estén presentes en la crema en forma de nanopartículas (una medida inferior a 100 nanómetros), especialmente en el caso del dióxido de titanio, ya que podría ser perjudicial al penetrar en la piel. Algunos estudios indican que este el riesgo de estas nanopartículas sería por inhalación más que por contacto cutáneo. «La inhalación de nanopartículas puede causar toxicidad e inflamación de los pulmones. Algunas pruebas sugieren que esto podría a su vez provocar cáncer. Por este motivo, el CCSC aconseja no utilizar nanopartículas de dióxido de titanio en aplicaciones que puedan comportar una exposición considerable por inhalación, como productos en polvo o aerosol», reconoce la Comisión Europea. Un dato interesante si tenemos en cuenta que la mayor parte de los cosméticos en polvo como las sombras de ojos, coloretes y maquillaje contienen este ingrediente.

Las marcas de cosmética natural emplean filtros minerales, normalmente óxido de zinc y dióxido de titanio, como alternativa a los filtros químicos

Sin embargo, la mayoría de las marcas de cosmética natural utilizan el dióxido de titanio en forma 'no nano', sin nanopartículas (una medida superior a 100 nanómetros) y afirman que de esta manera el riesgo desaparece completamente. Algunas marcas más han optado por apostar por solo por el óxido de zinc, aunque esto conlleva un problema: suelen ser solares blanquecinos y algo difíciles de extender. Si bien es cierto que la cosmética ecológica desarrolla cada día productos más cómodos y fáciles de aplicar.

Protección solar para niños y bebés

Estos filtros físicos o minerales no contaminan y son seguros para la salud según los datos actuales. Están especialmente indicados para la piel sensible de niños y bebés, si bien prácticamente todas las cremas solares suelen llevar la advertencia de 'para mayores de seis meses', no porque sean peligrosas sino porque se da por hecho que los bebés menores de seis meses no deben exponerse al sol directo. Marcas como Bema (italiana), Attitude (canadiense), Alphanova (francesa), Acorelle (francesa) o la murciana Alma Secret son algunas de las marcas de cosmética natural que ofrecen solares con este tipo de filtros tanto para niños como para adultos.

Por otra parte, este tipo de productos suele llevar también filtros biológicos, antioxidantes que no protegen del sol por sí mismos pero frenan o reparan los procesos oxidativos generados básicamente por la radiación UVA, como la vitamina E y la vitamina C. Además, algunos ingredientes naturales como la manteca de karité o el aceite de semillas de frambuesa aportan un pequeño factor de protección solar, además de su poder hidratante, por lo que suelen ser valiosos para enriquecer el INCI (lista de ingredientes) de estos solares naturales.

15 minutos de sol al día para producir vitamina D

Aún así, no hay que olvidar que es mejor evitar la exposición solar directa, especialmente entre la 12:00 y las 16:00 horas, cuando el sol se encuentra en lo más alto. La ropa es una gran aliada, ya que un buen gorro y una camiseta fresca pero que tape lo suficiente o una sombrilla los primeros escudos que debemos usar aunque también nos apliquemos una crema. Eso sí, la Comisión Europea recomienda que el sol incida en nuestra piel (sin protector solar y evitando las horas centrales) al menos 15 minutos al día (exponiendo la cara y manos o brazos es suficiente) para obtener la vitamina D que tanto necesitamos para, entre otras cosas, tener unos huesos sanos y fuertes.

Rastreo de ingredientes con el móvil

Son muchos los que se pierden a la hora de leer el etiquetado de los productos. Por eso, cada vez tienen más éxito aplicaciones como Yuka. Su funcionamiento es sencillo: se escanea el código de barras del producto de alimentación o cosmética con el móvil y la app otorgará una puntuación. Además, analiza los ingredientes y alerta de los que son menos saludables con una explicación de por qué no se recomiendan. También muestra la cantidad de grasas saturadas, azúca, proteínas, aditivos, etc.

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