Es, sin duda, junto con apuntarse al gimnasio, dejar de fumar, aprender un idioma y viajar, uno de los propósitos más repetidos en las listas de objetivos del Año Nuevo: adelgazar. Las cifras indican que más de 8 de cada 10 españoles quieren perder peso después de los excesos navideños... aunque, según los expertos, la buena voluntad no suela mantenerse más allá de unas pocas semanas.
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El principio del Año Nuevo siempre es un momento motivador para hacer balance y marcar un antes y un después en la dieta diaria, por lo que la fruta y la verdura en el carrito de la compra dan el relevo cada enero a los turrones y lechazos de diciembre. Es el mes de las raíces, las hojas verdes y los cítricos.
Enero es la temporada óptima para comer kiwis, mandarinas, mangos, manzanas, naranjas, papayas, peras, piñas, pomelos, caquis, granadas y tomates raf. Acelga, alcachofa, apio, borraja, brócoli, calabaza, canónigos, cardo, chirivía, coles de hoja, endibias, coliflor, escarola, espinaca, lechugas de invierno, puerro y remolacha son las verduras idóneas para consumir en el primer mes del año.
Tiene alto contenido en vitamina C, es una buena fuente de potasio, rico en fibra, una de las frutas más nutritivas con 16 vitaminas y minerales, fuente natural de ácido fólico, con pocas calorías y una gran fuente de antioxidantes.
De su contenido vitamínico sobresale la vitamina C (interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones), el ácido fólico, la provitamina A (esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico), el ácido cítrico, el potasio y el magnesio.
Destaca su aporte de hidratos de carbono y de bromelina (enzima que ayuda a la digestión de las proteínas), su contenido de potasio, yodo (indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroidea, que regula el metabolismo) y vitamina C. Su aporte de fibra mejora el tránsito intestinal.
Ricas en betacaroteno y poderosos antioxidantes (compuestos que luchan contra los radicales libres causantes de enfermedades degenerativas, autoinmunes y envejecimiento), son también ricas en vitamina K (se encarga de la coagulación de la sangre y también interviene en el mantenimiento de los huesos), vitamina B9 y vitamina A.
Ayuda a eliminar toxinas y es muy rica en fibra. Cabe destacar también qu es una excelente fuente de potasio, fósforo, hierro y magnesio. Entre sus vitaminas destaca la presencia de tiamina, vitamina B6, folatos y vitamina C.
Contienen provitamina A y ácido fólico. Ese verde intenso tan característico proporciona proteínas, hierro, vitaminas y minerales y es una de las mejores fuentes de magnesio (necesario para el metabolismo energético, el mantenimiento de la función muscular y nerviosa, el ritmo cardíaco, un sistema inmunológico saludable y para mantener la presión arterial).
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