El impacto de la dieta en la salud

La Organización Mundial de la Salud asegura que seis de cada diez enfermedades se producen por lleva una mala alimentación, algunas de ellas son las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes. España es uno de los países con menor tasa de mortalidad por este motivo, gracias a la dieta tradicional mediterránea, aunque la apertura a nuevas culturas ha influido en que las dietas sean menos saludables.

Los modelos alimenticios con más riesgo de provocar enfermedades son los ricos en sodio y bajos en cereales integrales; en frutas, en frutos secos y semillas; en verduras y en omega-3. Además, según la Encuesta Europea en España de 2020, un 16,5% de hombres y un 15,5% de mujeres sufren obesidad.

Los alimentos que se comercializan contienen más agua y son menos ricos en vitaminas y minerales, debido a los abonos que se utilizan y a su cultivo en suelos agotados. Así mismo, el 42% de los productos vendidos en la Unión Europea contiene pesticidas y el 4% alcanza un nivel superior al permitido por ley. Por tanto, promover dietas saludables favorece a los ecosistemas, pero también mejora la salud de las personas y refuerza sus anticuerpos frente a futuras pandemias.

Recuperar la dieta tradicional mediterránea es una de las alternativas más sencillas, ya que ésta incluye abundantes productos de origen vegetal como verduras, frutas, cereales integrales y legumbres; la fuente de grasa es el aceite de oliva virgen; y el consumo moderado de lácteos y alimentos de origen animal como huevos, pescados, marisco y carne.

Los alimentos ecológicos tienen una cantidad menor de residuos de pesticidas y pueden contener entre un 20 y un 60% más de nutrientes que los productos comercializados en la Unión Europea, por lo que favorecen el mantenimiento de una buena salud y de una dieta saludable.

Los alimentos autóctonos y las frutas y verduras de temporada son más ricos en vitaminas y minerales. Además, se asegura que éstas çultimas han sido cosechadas en su momento óptimo de madurez.

España es el país que más carne consume de la Unión Europea, ya que cada persona ingiere de media al año 50 kilogramos. Por tanto, conviene reducir las proteínas de origen animal y los alimentos ultraprocesados, especialmente los que contienen mayor cantidad de sal, azúcar y aditivos, para mejorar el modelo alimenticio y reducir el riesgo de padecer algunas enfermedades.

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