Diez consejos para proteger tu piel en invierno

Durante el invierno, la piel sufre cambios bruscos de temperatura al entrar y salir de casa o del trabajo. Es muy frecuente que el frío y el viento resequen y castiguen la piel en mayor o menor grado. Incluso, se puede producir una deshidratación tan profunda que se refleje en descamación.

La epidermis se vuelve más sensible y hay que proporcionarle cuidados especiales en invierno. Por eso, para la salud de la piel es muy importante aplicar tratamientos adecuados orientados a evitar la tirantez, las irritaciones y la sequedad.

Hay zonas más sensibles a las bajas temperaturas como las mejillas, los labios, el cuello, el escote y las manos. Para protegerlas y evitar males mayores, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), da diez útiles consejos:

1. Hidratarla a diario y varias veces al día: esto es importante en aquellas personas que padecen algún tipo de dermatosis (dermatitis atópica, psoriasis). Un emoliente adecuado (a base de lanolina y urea) ayudará a mantener una piel sana durante el invierno.

2. Evitar lavar excesivamente las manos: las dermatitis de desgaste que afectan al dorso de las manos son un motivo frecuente de consulta en esta época del año, especialmente en personas que por razones laborales se las lavan de forma repetida.

3. No utilizar productos agresivos para el lavado de cara y cuerpo: se deben escoger productos suaves y testados dermatológicamente.

4. Evitar ducharse con agua muy caliente o muy fría: lo ideal es el agua tibia y no ducharse más de una vez al día, ya que esto aumentaría la deshidratación de la piel.

5. Hidratar los labios y protegerlos de la luz ultravioleta: los labios sufren mucho en invierno, más aún si se tiene alguna alteración de base (queilitis atópica, actínica).

6. No olvidar las gafas de sol y la protección solar diaria también en invierno, especialmente en zonas donde haya nieve, ya que ésta refleja el 80% de la radiación solar.

7. Usar guantes y prendas de abrigo: sobre todo aquellas personas con sensibilidad al frío y que suelan padecer de perniosis (sabañones) o fenómenos de Raynaud (dedos de las manos fríos y que tornan en color blanco, azulado y rojo).

8. Huir de los cambios bruscos de temperatura: Esta situación aumenta la posibilidad de aparición de capilares dilatados (telangiectasias o arañas vasculares) en la cara (especialmente mejillas).

9. Los principios activos más recomendados para pieles no sensibles son: la vitamina C, el ácido retinoico, el ácido glicólico y los hidroxiácidos (con función antiedad). Sin embargo, hay pieles intolerantes que deben utilizar sustancias calmantes, vasoconstrictoras y descongestivas, como el dexpantenol, alfabisobolol, rusco o ácido glicirrético.

10. Aplicar cremas: la idónea dependerá también del tipo de piel y de si se padece alguna afección de base. En general, su uso es mejor para las pieles mixtas o grasas.

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