Así ayuda el desayuno a controlar el apetito el resto del día

El desayuno es el protagonista de los refranes saludables. Que si desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo; que si la comida más importante del día... A priori, la tradición nos da a entender que debemos centrar nuestra atención en esta comida si queremos tener una dieta saludable. Pero esta teoría que nace del saber popular queda por los suelos si atendemos a un estudio científico publicado en la revista Cell Metabolism.

En él se tomó como muestra a 30 personas con sobrepeso y durante dos meses se controlaron sus dietas y se midió su metabolismo. La investigación centró su objetivo en conocer el impacto de una gran cena y un gran desayuno. Se dividió la muestra en dos grupos, uno con unos desayunos más fuertes y otro con la cena más cargada en alimentos. En total, el desayuno constaba de 1.700 calorías y luego la comida y la cena era más ligera. El otro grupo, a la inversa.

Las dietas fueron isocalóricas, con un 30% de proteínas, un 35% de carbohidratos y otro 35% de grasas. Del estudio se desprendió que las personas quemaban las mismas calorías, sin distinción de si era por la mañana o por la noche. La pérdida de peso fue de tres kilos en ambos casos, con una diferencia en las centésimas perdidas.

Pero el estudio, realizado por científicos de la Universidad de Aberdeen, sí llegó a una conclusión: el apetito era diferente. «Según los participantes, lo tenían más controlado durante los días que comían un desayuno abundante», explica Alexandra Johnstone, líder de la investigación. Los desayunos que entregaban a los participantes estaban repletos de proteínas que ayudaban a sentirse con el estómago lleno.

A pesar de que la investigación no llegó a una conclusión certera sobre si la cantidad de calorías ayudaba a bajar de peso, sí se pudo demostrar su relación con el apetito. Un hallazgo que, según indican, podría ayudar a seguir una dieta a lo largo del día más fácilmente.

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