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S. G.
Miércoles, 3 de agosto 2022
Durante el verano se producen una gran cantidad de casos de intoxicaciones alimentarias, fuera e incluso dentro de los hogares. La más conocida de estas afecciones es la que producen las bacterias del género salmonella, la famosa salmonellosis. Para evitar el malestar que produce su acción en el organismo, la Organización de Consumidores y Usuarios ha lanzado un recordatorio sobre cómo mantener alejada a la salmonella en verano.
La salmonelosis se produce por bacterias del género salmonella, siendo la más habitual la salmonella enteriditis. Estos organismos viven en el intestino del cuerpo humano y los animales y a menudo sin dar síntomas, hasta que se produce esta intoxicación, denominada como salmonelosis. La OCU advierte de que la enfermedad se produce principalmente por el consumo de alimentos contaminados y es por ello que ha matizado en un listado aquellos que pueden ser más peligrosos.
Los más habituales son los productos elaborados a base de huevo crudo, como puede ser la mayonesa y algunos postres como el tiramisú. La organización también advierte de otros alimentos como las carnes frescas, en concreto se debe prestar mayor atención a las que provienen de aves. Además, se debe tener cuidado con las verduras regadas con aguas residuales, así como mariscos de aguas contaminadas y no depuradas.
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Pero la OCU también informa de que la enfermedad se puede transmitir a través de otros medios que no precisan de comer alimentos, como puede ser de persona a persona. Además, incide en la importancia de la limpieza, pues una mala higiene puede derivar en la transmisión de la bacteria de una persona al alimento o de una persona a otra. Los síntomas se manifiestan de entre 12 a 36 horas después de haber ingerido el alimento contaminado, aunque algunos casos puede tardar de tres horas a cinco días.
Entre los síntomas más comunes de la salmonelosis destacan el dolor abdominal, la diarrea, vómitos, fiebre, malestar general y dolor de cabeza. Estas afecciones pueden desarrollarse de dos a siete días y en niños y ancianos, si padecen otras enfermedades, se pueden producir cuadros graves, especialmente por deshidratación.
Para disfrutar del huevo en verano sin complicaciones, la Organización de Consumidores y Usuarios ha lanzado una lista de recomendaciones a seguir para evitar la salmonellosis si ingerimos este producto.
Comprar huevos con la cáscara intacta y limpia, de granjas autorizadas, un dato que se puede comprobar en el código impreso en la cáscara.
Respeta la fecha de consumo preferente impresa en el envase.
Guardar los huevos en el frigoríico y no lavarlos antes de colocarlos en la nevera. Además, se pueden lavar con agua antes de consumirlos.
No cascar el huevo al borde del recipiente donde se vaya a batir para evitar que caigan trozos de cáscar en el interior del recipiente.
No separar las claras de las yemas con la propia cáscara.
Cuajar bien las tortillas y mantenerlas en refrigeración hasta su consumo, si no es inmediato.
Para preparar la mayonesa, se debe cuidar la higiene y, para su conservación hasta su consumo, echar un chorrito de vinagre o limón y guardarlo en el frigorífico.
Nunca se deben dejar los alimentos preparados con huevo a temperatura ambiente.
Pasteles, natillas, salsas y demás productos se deben consumir a las 24 horas siguientes a su elaboración y conservarlos en un frigorífico.
Por último, evitar la contaminación cruzada. Es decir, no poner en contacto alimentos crudos o poco cocinados con otros listos para comer.
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