Diversos laboratorios europeos, entre ellos el español BioTech Foods, están realizando estudios para esclarecer las ventajas y perjuicios de la carne cultivada. El auge de este tipo de productos se debe a la nuevas tendencias de la sociedad hacia un mundo más sostenible y ético, ... en el que se pretende reducir el impacto medioambiental y el sufrimiento de los animales en las granjas de producción. Esta carne creada en laboratorios se germina a través de células madre del tejido del animal. Se dejan reposar para que se multipliquen y adquieran un ambiente propicio similar a cuando se reproducen en el interior de los seres vivos. El producto es similar a la que se obtiene tras sacrificar al ganado, no como las carnes vegetales o la leche de soja.
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El verdadero inconveniente para las empresas y los consumidores es su elevando coste de producción, aunque se está reduciendo paulatinamente -la primera hamburguesa fabricada costó diez o veinte veces más que una de ganadería, mientras que actualmente su precio está en apenas el doble-. La Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha confirmado que la carne cultivada es apta para el consumo humano y han dado luz verde para comenzar a comercializarla en el país, hasta ahora únicamente estaba aprobada en Singapur e Israel. Las autoridades europeas tienen unos criterios más exigentes, por lo que se espera que su presencia aquí aún se prolongue dos o tres años.
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Las opiniones respecto a sus similitudes con la carne de ganadería son dispares, existe una parte que no encuentra diferencias entre ambas y otra que le resulta insípida. Los investigadores están investigando con todo tipo de células, de ternera, de cerdo, de pollo, de canguro, de oca e, incluso, de pescado; aunque aún tienen que perfeccionar la técnica para conseguir la grasa, la textura y el color más parecidos a la carne original.
La comercialización y expansión de este tipo de carne perjudicará a la producción nacional, ya que el valor de la producción animal en España se sitúa en 19.597,3 millones de euros, según los últimos datos de 2019, lo que supone el 11,1% del conjunto de la Unión Europea. Asimismo, Castilla y León se encuentra en el 'top 5' de las Comunidades Autónomas que más productos animales produce y que más aporta al valor nacional, con 3.090,5 millones de euros. Por tanto, la reducción de las explotaciones ganaderas disminuiría los puestos de trabajo del sector y ralentizaría el desarrollo del medio rural; inconvenientes que de devastarían a un número bastante elevado de habitantes de la región.
Más saludable, ya que se pueden modular los nutrientes que afectan a la salud, como la grasa saturada y el colesterol.
Más segura: se reduce el riesgo de contraer infecciones y zoonosis.
Más limpia: se disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero, que suponen el 14,5% del total que llega a la atmósfera.
Más ética: no es necesario sacrificar a los animales para extraer sus células madre.
Más rentable: desaparecen los gastos de veterinario y de alimentación del ganado y se reducen los de transporte y almacenaje.
Problemas económicos: el coste de producción para las empresas y de compra para los consumidores podría ascender al doble que el de la carne original.
Una de las principales dificultades es generar unas características similares a las de la carne de ganaderías convencionales: la textura, el sabor, el color, etc.
Valores nutritivos: se está comprobando que algunos de los nutrientes no pueden ser aportados en el proceso de cultivo, como la vitamina B12.
Impactos en la salud: existe el riesgo de que aparezcan, en los humanos, enfermedades de transmisión animal, infecciosas y problemas de salud relacionados con la dieta o la falta de nutrientes.
Seguridad a largo plazo: la reproducción celular acelerada puede reducir la seguridad alimentaria y no están testados los efectos en el organismo.
Perjuicios para el sector ganadero: riesgo de eliminación de las producciones ganaderas, tanto las de cría intensiva como las tradicionales, que se encargan de conservar las razas autónomas, limpiar los bosques, habitar el medio rural y producir alimentos ecológicos de calidad y nutritivos.
En la actualidad, existen vacíos legales en cuanto a regulaciones o protocolos que permitan la comercialización de la carne cultivada.
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