¿Es bueno hacer ejercicio con agujetas?

Las agujetas son un dolor provocado por el sobreesfuerzo de los músculos, que aparecen un tiempo después de realizar ejercicios intensos a los que el cuerpo no está habituado. Generalmente son pequeñas molestias que se evaporan dos o tres días después de la carga, aunque pueden llegar a ser molestas incluso a la hora de realizar actividades de la vida cotidiana. En estas situaciones, el cansancio invita a no continuar con el ejercicio físico, pero esto se considera un error ya que favorece la rigidez de los músculos.

Los especialistas recomiendan continuar con ejercicios de poca intensidad para ayudar a que disminuya el dolor. Especialmente es beneficioso caminar, nadar o andar en bicicleta por un terreno llano. El cuerpo necesita mantenerse activo para facilitar la circulación de la sangre por todos los músculos cargados, lo que provocará su recuperación y, por tanto, la reducción de los dolores. Además, la recuperación activa provoca que los músculos no se tensen y que el cuerpo se acostumbre poco a poco a la intensidad del ejercicio físico.

La recomendación de continuar realizando ejercicio y manteniendo el cuerpo activo no debe confundirse con volver a repetir la misma rutina que provocó las agujetas, ya que esto puede provocar que las microrroturas de la fibras empeoren y se conviertan en una lesión seria.

Uno de los errores más comunes cuando se practica ejercicio de intensidad media o alta es concluir de forma tajante. Se debe reducir el ritmo de manera gradual, respirar hondo y caminar unos metros hasta que las pulsaciones se normalicen y el cuerpo se relaje. Además, los estiramientos dinámicos posteriores al ejercicio son una de las claves para evitar dolores, agujetas e incluso lesiones. Y estos contribuyen a mejorar el sistema cardiovascular y musculoesquelético.

El mejor remedio para deshacerse de las agujetas, como ya se ha nombrado anteriormente, es la continuación con ejercicio moderado y asiduo y la realización de estiramientos al finalizar las sesiones. Además, cuando el dolor es muy intenso, se recomienda aplicar hielo sobre la zona afectada, ya que ayuda a que se relajen las fibras. La piña es la gran aliada para poner fin a las molestias con más rapidez, porque sus carbohidratos de alto índice glucémico favorecen la recuperación y su bromelina recupera las fibras dañadas. Su efecto es más visible cuando se ingiere inmediatamente después de terminar la sesión de entrenamiento.

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