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Hacer ejercicio te libera, es un buen método para despejar la mente y focalizarte en la actividad que estás realizando. Todos alguna vez hemos experimentado lo que es tener agujetas. ¿Pero, por qué aparecen? Surgen por un sobreesfuerzo después de haber estado un tiempo inactivo ... o porque hemos ejercitado un bloque muscular diferente al que estábamos acostumbrados. Los músculos se resienten y el día siguiente se convierte en un infierno. Cada movimiento se sufre e incómoda, deseando que las molestias desaparezcan cuanto antes. Es habitual recurrir a Internet para buscar algún remedio que elimine esas molestias, pero dentro de estos textos o noticias aparecen falsos mitos que no se deben tener en cuenta. Por ello, es el momento de desvelar qué métodos no son eficaces para combatir las agujetas.
Es, quizás, la creencia más conocida, pero es completamente falso que beber agua con azúcar ayude a eliminar los dolores musculares. Se pensaba que con el esfuerzo físico se cristaliza el ácido láctico de los músculos y beber agua ayuda a disolver estos cristalitos. Sin embargo, esta teoría no tiene ningún sustento médico, por lo que ingerir agua con azúcar no ayudará a reducir los dolores. El concepto de agujetas se relaciona con la rotura de microfibras musculares que se producen cuando un músculo se somete a una exigencia mayor a la que se está acostumbrado.
El ibuprofeno se utiliza como antiinflamatorio y analgésico para tratar el dolor cuando va acompañado de inflamación. Es cierto que si se tiene un fuerte dolor, el ibuprofeno ayuda a calmar y aliviar, pero no hará que desaparezca el dolor muscular en las siguientes horas. Para que las fibras se relajen, es recomendable aplicar una bolsa de hielo o agua fría sobre la zona que más molesta.
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Rebeca Alonso
Si crees que entrenar al día siguiente con la misma intensidad hará que desaparezcan los dolores, estás equivocado. Esto solo hará que los síntomas se agraven. No es necesario obligar al cuerpo a que realice sobreesfuerzos. Las agujetas duran entre dos y cuatro días. Esto no quiere decir que no puedas realizar ejercicio, de hecho, lo más recomendable es seguir haciendo ejercicio y que el cuerpo siga activo, pero ejecutando ejercicios suaves, continuos y ligeros como caminar, nadar o andar en bicicleta. También se puede optar por descansar o reposar y hacer masajes para activar la circulación.
Es otro de los falsos mitos más extendidos. Estirar reduce la tensión de los músculos, mejora la postura, el estrés y disminuye el riesgo de lesiones, pero no previene la aparición de las agujetas. Los estiramientos post- entrenamiento ayudan a la recuperación del músculo, pero son ajenos a las molestias que puedan surgir porteriormente.
Las llamadas bebidas isotónicas o rehidratantes ayudan a reponer sales minerales y glucosa después de una actividad física intensa. Este tipo de bebidas ayuda a recuperar los minerales y las sales que hemos perdido a través del sudor. No obstante, estas bebidas no contribuyen a aliviar el dolor de las agujetas ni tampoco aceleran el proceso de recuperación. Eso sí, un truco para que el dolor de las agujetas desaparezcan lo más rápido posible consiste en comer piña después de una intensa jornada de ejercicio. La piña es una fuente rica en carbohidratos con un alto nivel de azúcar, lo cual ayuda a recobrar fuerzas. También contiene bromelina, fundamental para reparar las fibras musculares dañadas durante el ejercicio.
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Si no quieres volver a pasar la amarga y dolorosa sensación de las agujetas, te contamos cómo puedes prevenir su aparición realizando lo siguiente:
•Calienta antes de iniciar una actividad física. Si vas al gimnasio solicita a tu monitor de sala o entrenador personal que te prepare una hoja de ejercicios de calentamiento. Si haces ejercicio en casa busca en fuentes especializadas los ejercicios más óptimos.
•Después de una actividad física, duchate con agua fría. Puede que en invierno esta tarea pueda llegar a suponer un esfuerzo. El agua fría ayuda a mejorar la circulación, controla la inflamación y limita el daño de microtraumatismos.
•Ingerir alimentos que sean una fuente de vitamina C, Omega 3, magnesio y proteínas para que los músculos tengan energía. La leche, frutos secos, manzanas son alguno de los alimentos que mitigan la inflamación.
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