redacción
Miércoles, 28 de diciembre 2016, 08:37
Llevar una vida sana implica seguir una dieta equilibrada, lo que incluye tomar alimentos como el pescado, rico en proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos omega-3. Y La Navidad puede ser una buena ocasión para intentar retomar su consumo, sin tener por qué optar por los más caros en estas fechas, como el besugo.
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Desde hace años se registra en España un descenso fuerte y continuado del consumo de pescado, tanto fresco como congelado o en conserva. Esto se debe en parte al aumento de su precio. Así, los españoles incluimos cada vez menos pescado en la cesta de la compra: a lo largo de 2015, su consumo cayó un 2,4% respecto al año 2014, según el Informe del Consumo de Alimentación en España, y pocos son los que lo toman este alimento 2 veces por semana.
Según el doctor Julián Álvarez, especialista en Medicina Deportiva, nutricionista y miembro del Consejo Asesor de la compañía de nutrición Herbalife, este descenso exponencial de la ingesta de pescado entre los españoles es «preocupante».
«Las propiedades nutritivas del pescado, permiten a nuestro cuerpo mantener a raya los niveles de triglicéridos en sangre y la presión arterial. Además, el pescado y los mariscos favorecen el buen funcionamiento cardiaco y cerebral. Son alimentos absolutamente indispensables para nuestro desarrollo, sin los cuales no existe una alimentación sana», asegura el especialista.
En definitiva, el pescado es una pieza angular en la dieta, y sus propiedades nutricionales juegan un papel indispensable en todas y cada una de las etapas de nuestra vida: en la infancia, la adolescencia, el embarazo, la lactancia y la vejez.
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Beneficios de su consumo regular
Fortalece nuestro corazón. Con su gran aporte de ácidos grasos omega 3, el pescado es enormemente cardiosaludable: ayuda a reducir la presión arterial, evita la obstrucción de los vasos sanguíneos y ayuda a prevenir enfermedades del corazón, autoinmunes e inflamatorias. Además, también optimiza las funciones cerebrales.
Aporta una buena dosis de minerales. El pescado es rico en yodo, flúor, calcio, magnesio y zinc. Por ejemplo, las anchoas, las sardinas, las almejas y los berberechos son grandes fuentes de calcio, que interviene en la fortaleza de los huesos, la trasmisión del impulso nervioso y la coagulación sanguínea. Por otra parte, el salmón, el bacalao, el atún y los mejillones son ricos en yodo, esencial en la dieta de mujeres embarazadas o con problemas de tiroides.
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Es un alimento multivitamínico. La ingesta regular de pescado refuerza nuestro organismo y previene numerosas dolencias. Gracias a su aporte de vitaminas A, B, D y E es antioxidante, fortalece los sistemas inmune y nervioso y ayuda a mejorar la salud cardiovascular.
Idóneo para personas enfermas. Debido a que el pescado tiene menos colágeno que la carne, y a que destacan su consistencia suave y digestibilidad, es un alimento muy aconsejado para quienes padecen úlceras, gastritis, reflujo o dispepsia. Igualmente, es bajo en sodio y se recomienda a quienes siguen dietas sin sal.
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Ofrece un aporte calórico bajo. Es una buena opción para quienes quieren guardar la línea: el pescado magro apenas cuenta con 80 kilocalorías cada 100 gramos, y no más de 200 kilocalorías en el caso de los azules. Además, como sus grasas son insaturadas, este alimento ayuda a reducir tanto los niveles de colesterol en sangre como el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas.
Contribuye a mejorar nuestra visión. El alto contenido del aceite del pescado en los ácidos grasos omega-3 como el DHA contribuye a un mejor funcionamiento de las células fotorreceptoras del ojo y a un mantenimiento de la salud del mismo. Entre las enfermedades que ayuda a prevenir un consumo adecuado de los nutrientes del pescado destaca el síndrome del ojo seco. Además, también ayuda a hacer frente al envejecimiento temprano de la vista, un aspecto esencial en un mundo en el que cada día más mantenemos nuestra vista fija en pantallas, móviles y ordenadores.
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Ayuda al crecimiento. La riqueza en proteínas de la composición de los pescados y los mariscos es igual o superior a la de la carne. También presentan una gran cantidad de aminoácidos, imprescindibles para que el organismo crezca normalmente. Por ello es importante empezar a consumirlo desde la infancia.
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