Un hombre y una mujer caminan por una calle de Toledo con mascarilla, elemento sanitario que le han puesto a una estatua de Cervantes. EFE

El uso de mascarillas será obligatorio en espacios cerrados

El Gobierno y las comunidades autónomas se resisten a hacer obligatorio el uso de la protección, aunque también piden usar mascarillas cuando no se pueda guardar la distancia social en la calle

Álvaro Soto

Madrid

Lunes, 18 de mayo 2020

Cada vez en más lugares, pero no en todos. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas se resisten a hacer obligatorio el uso de la mascarilla y en su reunión de este lunes, han decidido extenderlo a todos los lugares cerrados y a ... los públicos cuando no se puedan guardar los dos metros de distancia social, pero no lo han hecho universal, de manera que esta medida vuelve a dejar en las manos de cada ciudadano si lleva este elemento de protección en la calle.

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Tras el Consejo Interterritorial de Salud de este lunes, Sanidad publicará en los próximos días una orden ministerial en la que ofrecerá más detalles sobre las nuevas reglas para la mascarilla. Hasta ahora, sólo eran obligatorias en los transportes públicos y la decisión de ampliar su uso era motivo de controversia entre los científicos, que discrepan sobre si debe ser obligatoria siempre o si basta con hacerlo en espacios cerrados, como finalmente decidió el Consejo Interterritorial. Sin embargo, las comunidades autónomas abogaban por universalizar su utilización, y así se lo trasladaron a Pedro Sánchez en la última conferencia de presidentes.

Pero en el debate ha acabado prevaleciendo la opinión de expertos como el director del Centro de Alertas Sanitarias, Fernando Simón, que en su comparecencia del domingo afirmó: «Entiendo que se ponga sobre la mesa (la obligatoriedad de su uso, pero en caso de que se vaya a hacer hay que pensarla con mucho cuidado porque puede generar problemas importantes». «La mejor mascarilla siguen siendo los dos metros de seguridad», reiteran desde el Ministerio de Sanidad.

Los asesores del Gobierno han advertido en ocasiones de las contraindicaciones de las mascarillas. Así, han avisado de que puede generar una falsa sensación de seguridad y que retirarlas sin haberse lavado las manos puede producir contagios, igual que no renovarlas con la adecuada periodicidad. Además, los grupos que no deben usarla por prescripción de los facultativos (los niños más pequeños, los enfermos con patologías respiratorias importantes o las personas que sufren ataques de ansiedad) pueden quedar estigmatizados y con ello señalados por el resto de la ciudadanía, del modo en que les ocurrió a las familias con hijos autistas cuando salían de sus casas con ellos mientras el resto de la población permanecía confinada en su casa.

Cambios de criterio

A lo largo de la crisis sanitaria, la posición del Gobierno ha cambiado en varias ocasiones, como ha quedado de manifiesto en las diferentes ruedas de prensa de Simón: de decir en marzo que no era conveniente que todo el mundo las usara a extender posteriormente su utilización. Tampoco ha habido un criterio claro sobre qué tipo de mascarillas deben ponerse los ciudadanos, si las quirúrgicas, las más sencillas, o las FFP2, que ofrecen una mayor protección y que al principio se aconsejaban solo para los profesionales sanitarios o las personas vulnerables por su estado.

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Finalmente, el desabastecimiento de las farmacias y la imposibilidad de disponer de este elemento durante el inicio de la emergencia sanitaria son evidencias que, por ejemplo, han hecho que se disparara el número de médicos y enfermeras contagiados, a la par que impidieron al Ejecutivo lanzar un mensaje a favor de su universalización. En el Consejo Interterritorial, Sanidad anunció que enviará más mascarillas y guantes a las comunidades autónomas.

Antes de tomar su decisión, no obstante, los responsables del ministerio sondearon a las autonomías en dos ocasiones. Madrid, Cataluña y País Vasco fueron las primeras en pedir el uso obligatorio de esta protección, y después se sumaron las demás.

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En cualquier caso, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las mascarillas no ha cambiado durante la pandemia. A juicio de esta entidad, solo quienes tengan tos o estornudos deben usarlas y las personas sanas se la deben poner si atienden a alguien que está infectado. «Las mascarillas solo son eficaces si se combinan con el lavado frecuente de manos mediante una solución hidroalcohólica o con agua y jabón», dice la OMS, que insiste en la necesidad de «usarlas y eliminarlas correctamente».

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