El Gobierno promete cuadriplicar las vacunas, pero avisa del riesgo de una cuarta ola

Sánchez, que compareció ante el Pleno del Congreso para explicar el desarrollo del estado de alarma decretado el pasado 25 de octubre, renovó ante el Parlamento su promesa de que a finales de verano el 70% de la población española, o sea unos 33 millones de ciudadanos, estará inmunizada. El presidente reconoció que el ritmo actual de inoculación de 540.000 pinchazos a la semana no es el adecuado, pues de hecho con la actual velocidad de vacunación España necesitaría de 174 semanas, más de tres años, para poder inmunizar a toda su población.

Sin embargo, dijo tener el convencimiento de que «los problemas de suministro se van a solucionar en breve» con el aumento de producción de las tres vacunas ya autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento (Pfizer, Moderna y AstraZeneca) y la llegada masiva de viales por parte de las otras tres empresas con la que la Comisión Europea ya ha llegado a acuerdos comerciales (Janssen, Sanofi y Curevac).

Pedro Sánchez se comprometió a disparar la llegada de viales precisamente horas después de que Reuters asegurara que AstraZeneca iba reducir a menos de la mitad (de 90 a 40 millones) las dosis que va a entregar a la UE durante este primer semestre de 2021. La compañía, solo minutos después de la intervención del presidente, anunció, sin embargo, que sigue «aspirando» a cumplir su compromiso de remitir a España los 4,2 millones de inyectables prometidos entre febrero y marzo.

En cualquier caso, el jefe del Ejecutivo insistió ante la cámara baja en que su Gobierno tiene garantizadas dosis más que suficientes para cubrir a la población española una vez acaben los continuos contratiempos de los laboratorios. Así, recordó que el Consejo de Ministros ya ha dado luz verde a la compra (aunque sin fecha de entrega concreta) de más de 136 millones de inyectables (más de 52 millones de Pfizer, más de 31 de AstraZeneca, otros 8 de Moderna, 21 de Janssen y 23,5 de Curevac.

La llegada de vacunas y las promesas de aumentar el ritmo de inmunización fueron la de cal en el discurso del presidente. La de arena fue, sin duda, el aviso serio de que las profilaxis, aunque se incremente la velocidad de inoculación, no tienen capacidad por si solas de neutralizar la llegada de la temida cuarta oleada.

Cuando las comunidades se encuentran enfrascadas de lleno en el debate de hasta dónde abrir la mano con vistas a la Semana Santa ya que los datos epidemiológicos han mejorado de manera notable durante las tres últimas semanas, el presidente reclamó una y otra vez cautela para evitar una nueva embestida del virus. «Corremos el riesgo de que la llegada de las vacunas nos relaje y vernos en una cuarta ola. Todos debemos asumir el reto de evitar una cuarta ola», avisó Sánchez.

Su advertencia, además, estuvo acompañada de un 'mea culpa'. El presidente del Gobierno, por primera vez, admitió que en la primera ola su Ejecutivo, que entonces tenía el mando único contra la pandemia, se equivocó al hacer una «desescalada demasiado rápida» con el objetivo de «reactivar la economía y remediar la fatiga emocional» de la población tras el confinamiento total de marzo y abril.

Pedro Sánchez, que también admitió que en la segunda embestida del virus la «cogobernanza pudo funcionar mejor», puso especialmente el foco en no repetir los errores de las pasadas vacaciones cuando las comunidades relajaron medidas para 'salvar la Navidad', provocando el tsunami de contagios de la tercera ola. «No se debió bajar la guardia entonces –avisó a las comunidades que casi sin excepción rebajaron las restricciones- y en consecuencia no se debe bajar ahora».

Sánchez, casi hasta la saciedad, insistió en pedir prudencia a las comunidades esta primavera, ya que –reiteró- la situación epidemiológica «sigue siendo grave», a pesar de que las incidencia ha bajado un 62% en dos semanas, de que la que la tendencia actual es «a la baja» y de que el estado de alarma y la cogobernanza «están funcionando». «La covid solo necesita una mecha pequeña para extenderse descontroladamente», avisó a las autonomías, a la que reclamó que eviten el «exceso de confianza» por la llegada de las vacunas o la mejora de los datos.

«Estamos al principio del fin. En todo el mundo han caído los contagios desde hace cinco semanas como nunca antes en esta pandemia. Pero no puede haber tregua en la lucha contra el virus. Hay que ganar día a día», clamó.