El nuevo efecto secundario de la vacuna de Moderna contra la covid

La vasculitis puede venir provocada por infecciones virales o bacterianas así como por medicamente y vacunas. Normalmente este efecto secundario no conlleva más consecuencias y se curan de manera espontánea con el apoyo adecuado.

En el PRAC (Comité de Seguridad de los Medicamentos) han analizado 21 casos a nivel mundial. 10 casos consistentes con la definición establecida de vasculitis cutánea de un solo órgano. Para la mayoría de estos diez casos no se identificó ninguna otra explicación obvia salvo la vacuna. Además, ocho de estos casos ocurrieron poco después de la administración del medicamento.

El segundo de los efectos secundarios sí que reviste una mayor gravedad. El síndrome de fuga capilar (SFC) es una enfermedad tan grave como poco frecuente. Se trata de una fuga de líquido de los pequeños vasos sanguíneos (capilares), lo que da lugar a una rápida hinchazón de brazos y piernas, un aumento repentino de peso, sensación de desmayo, espesamiento de la sangre, niveles bajos de albúmina (una importante proteína de la sangre) y baja presión arterial.

La enfermedad del síndrome de fuga capilar está asociado a infecciones víricas, algunos tipos de cánceres de sangre, enfermedades inflamatorias y algunos tratamientos.

El PRAC después de analizar los casos notificados y evaluar los datos, concluyó que no había pruebas suficientes para establecer una asociación causal entre las dos vacunas y la aparición de nuevos casos de SFC, pero ordenó la inclusión de esta enfermedad en la información de la vacuna de Moderna para que los sanitarios lo tuvieran en cuenta y a los pacientes del riesgo potencial de reagudización.

El Comité recomendó esta advertencia ya que algunos casos de reagudización de la SFC apuntaban a una asociación con la vacuna de Moderna, mientras que los casos notificados tras la vacunación con Pfizer no apoyaban dicha asociación. En total se revisaron 55 casos notificados de SFC, 11 con la vacuna de Moderna y 44 con la de Pfizer.

Este último efecto, el del SFC, ya se había detectado con las vacunas de Janssen y AstraZeneca.