EUROPA PRESS
Lunes, 22 de mayo 2017, 12:11
Un trabajo de la Universidad Estatal de San Diego (Estados Unidos) ha constatado que los productos de limpieza, las velas o freir alimentos en casa son fuente de partículas contaminantes en el ambiente de igual forma que el humo del tabaco, según se ha publicado en la revista PLoS One.
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Dicho hallazgo ha resultado especialmente relevante para familias de bajos ingresos que viven con niños, ya que esa mala calidad del aire puede exponerles a un mayor riesgo de diferentes problemas de salud.
"Nuestro objetivo principal era averiguar qué está sucediendo en las casas para que haya mayores niveles de partículas contaminantes en el aire", ha reconocido John Bellettiere, coautor de esta investigación para la que se reclutó a casi 300 familias residentes en San Diego con al menos un niño menor de 14 años y un fumador.
En todos los hogares instalaron un par de dispositivos capaces de medir el nivel de partículas en suspensión, uno en el dormitorio del niño y otro en una zona de la casa cercana a donde se suele fumar. Estos dispositivos analizan continuamente el aire en busca de partículas finas de entre 0,5 y 2,5 micrómetros, un tamaño en el que se incluye el polvo, las esporas de hongos, las emisiones de automóviles y productos de combustión.
Un tamaño suficientemente importante como para que tenga un impacto para la salud humana, ya que estas partículas son de un tamaño que puede llegar hasta los pulmones, donde pueden influir en una variedad de complicaciones de salud como problemas respiratorios y cardiovasculares, según los autores.
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Tres meses de seguimiento
Durante tres meses, los dispositivos transmitieron información sobre la calidad del aire de los hogares, que se sumó a la obtenida a partir de dos entrevistas por familia sobre las tareas cotidianas que tenían lugar en casa, como cocinar, limpiar y fumar.
De este modo, vieron que los hogares donde se fumaba tabaco tenían un nivel medio de partículas que era casi el doble que el de los hogares donde no se fumaba. Estas partículas contenían nicotina y subproductos de la combustión bien conocidos por ser peligrosos para la salud, especialmente los niños.
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Pero curiosamente, fumar marihuana contribuyó a la contaminación del aire en el hogar tanto como fumar tabaco, algo que no se había constatado hasta ahora. Y quemar velas e incienso, freír alimentos en aceite o pulverizar productos de limpieza también aumentaba el número de partículas finas en el aire.
"El objetivo de nuestra investigación es, en última instancia, encontrar formas eficaces de promover hogares libres de humo y también encontrar buenas estrategias, en general, para reducir la exposición a la contaminación doméstica", ha reconocido Neil Klepeis, otro de los autores.
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