Beber un vaso de agua, coger los cubiertos o ir al baño son actividades rutinarias que constituyen un enorme problema para las personas que sufren temblores esenciales, una de las enfermedades neurológicas más comunes entre los adultos. El 1% de la población general, el 4% ... de los mayores de 40 años y uno de cada cinco mayores de 65 padece esta enfermedad, que se hace más presente en la vejez y que deteriora la calidad de vida de los pacientes. Ahora, un estudio internacional en el que ha participado la Universidad Francisco de Vitoria y que ha publicado la revista Neurology ha indagado en los mecanismos cerebrales implicados en los tumores esenciales. Su principal conclusión es que el cerebelo es el centro neurálgico de esta red, con un papel clave tanto en la generación de los síntomas como en el desarrollo de posibles alivios.
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El temblor esencial es una enfermedad que causa movimientos involuntarios y rítmicos que pueden ser desde muy leves hasta incapacitantes y se evidencian principalmente en las manos y los brazos, aunque también pueden afectar a la cabeza, la voz y otras partes del cuerpo. «Es el trastorno del movimiento más frecuente en adultos y se diferencia del temblor que aparece en enfermedades como el párkinson porque suele manifestarse al realizar acciones como sostener un objeto o escribir en lugar de aparecer en reposo», explica Juan Pablo Romero, profesor de Farmacia y Medicina en la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad Francisco de Vitoria.
La causa de los temblores esenciales aún no se comprende completamente, pero está relacionada con alteraciones en las conexiones cerebrales del cerebelo, la corteza del cerebro y el tálamo. En concreto, la investigación, a la que han contribuido la Deakin University en Australia, la Universidad de Turku en Finlandia y la Universidad Sapienza de Roma, subraya el papel clave del cerebelo en la coordinación motora y su conexión con otras áreas cerebrales críticas, lo que abre nuevas posibilidades terapéuticas.
«Nuestros hallazgos pueden ayudar a refinar y mejorar tratamientos como la estimulación cerebral profunda (DBS), una técnica que ya se utiliza en algunos casos severos de temblor esencial y que actúa introduciendo un electrodo en el tálamo para actuar sobre la red afectada y reducir los síntomas. Ahora sabemos que es probable que haya que contemplar verificar que la red que vamos a tratar tenga conectividad con el cerebelo. También pueden ayudar a refinar el uso de la ablación con ultrasonidos focalizados (HIFU), que destruyen de forma precisa la zona del cerebro implicada en el temblor sin que sea necesario introducir un electrodo. Además, la identificación de esta red cerebral puede permitir la utilización de estrategias de neuromodulación, como la estimulación magnética transcraneal o técnicas dirigidas específicamente al cerebelo para mejorar el control del temblor», subraya Romero. «Estas son técnicas no invasivas y accesibles que no se han probado lo suficiente hasta la fecha actual», resalta.
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La alteración cerebral que favorece los temblores esenciales tiene, además, un claro factor hereditario. «Aunque no se haya identificado un gen específico, si tus padres tiemblan, es probable que tú también tiembles, teniendo en cuenta, eso sí, que la intensidad es variable. Es decir, si ellos tiemblan mucho, puede que tu tiembles poco o viceversa o puede que tiembles en la misma intensidad», cuenta Romero, que enumera otros hábitos que aunque no sean el origen de los temblores, sí pueden empeorarlo, como el estrés, la cafeína o ciertos medicamentos.
En una investigación previa este grupo demostró que los alimentos quemados tienen unos toxicos llamados harminas en la sangre que pueden intensificar el temblor. «Por eso es recomendable comer los alimentos cocidos pero no quemados», asevera el autor.
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Cuando una persona comienza a notar temblores que afectan a sus actividades diarias o que progresivamente empeoran, lo recomendable es acudir a un neurólogo. «El diagnóstico se basará en la historia clínica y en un examen neurológico detallado, ya que es importante diferenciar el temblor esencial de otras enfermedades, como el párkinson, y descartar causas secundarias como efectos de medicamentos o problemas metabólicos», agrega Romero.
En cuanto a los tratamientos actuales, lo mas usado son los fármacos como el propranolol (un fármaco que también suele usarse para el control de la tensión arterial) y la primidona (un fármaco antiepiléptico). Sin embargo, su eficacia es variable y pueden tener efectos secundarios como somnolencia, alteraciones de equilibrio o fatiga. En cuanto al tratamiento del temblor mas intenso que no responde a la medicación se sigue usando la DBS con gran eficacia o incluso se puede hacer intervenciones con Gamma Knife o quirúrgicamente, aunque estas dos técnicas se usan con mucho menos frecuencia.
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