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El Teatro Calderón acogió el 5 de abril el I Congreso Instituto Oftalmológico Recoletas, celebrado bajo el epígrafe 'Complicando la catarata'. El principal artífice y responsable del simposio, David Galarreta, médico oftalmólogo del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, así como de dicho instituto, se mostró ... al cabo del día contento con el desarrollo de esta primera experiencia, tras ver el objetivo del enriquecimiento de los presentes cumplido. El deseo del Instituto Oftalmológico Recoletas era el de ser capaz de generar unas conferencias de las cuales pudieran extraerse conclusiones prácticas. Y como le hicieron ver los asistentes, así sucedió.
–El 17 de abril se cumple un año de la apertura del Instituto Oftalmológico Recoletas y ya ha sido capaz de generar una actividad como este congreso. ¿Era uno de los planes existentes en el inicio del centro?
–Sí. Desde un principio teníamos muy claro que en nuestra actividad clínica debemos dar a los pacientes una prestación de alta calidad, pero también creemos que otro pilar muy importante para el instituto es el de la docencia. Hay profesionales muy cualificados que pueden prestar su ayuda a la sociedad oftalmológica y creemos que todo lo que sea ayudar a los oftalmólogos a mejorar su día a día es algo que debemos hacer.
–Por el atril del Teatro Calderón han pasado 20 expertos llegados de toda España, acompañados por muchos asistentes. Tratándose de una primera experiencia, ¿ha sido fácil de desarrollar?
–Nunca es sencillo. Hemos contado con un gran apoyo logístico, aunque dentro del mundo de los congresos nos conocemos muchos desde hace muchos años y eso ha facilitado que se pudiera 'tirar' de amigos. Hemos intentado dar la máxima calidad que fuera posible y ha sido complejo por esa procedencia variada, aunque por fortuna hemos conseguido que toda esa gente viniera para compartir su conocimiento.
–¿Cree que después de tan solo una jornada se pueden sacar conclusiones que puedan ya ser aplicadas?
–Sí, sin ningún género de dudas. Lo hemos enfocado de una manera muy práctica; queríamos que lo que aquí se hablase mañana mismo pudiera ser aplicado en la actividad diaria de los oftalmólogos que han estado en el congreso. El profesional busca eso, algo que pueda aplicar desde ya en su día a día, que pueda asumir en su actividad clínica, no algo irreal.
–Ha servido, por tanto, como aula para el conocimiento e incluso de red de 'networking'.
–Hemos contado con grandísimos expertos de nivel; con oftalmólogos de nivel nacional y de un prestigio a nivel internacional, que han sido capaces de trasladar su experiencia y su conocimiento adquiridos en sus años como profesionales. Ese ha sido el valor adicional que ha tenido este congreso.
–En ocasiones referenciamos a los expertos de otros países pero, ¿en qué nivel se encuentra España en el plano oftalmológico?
–De los más altos niveles en todo el mundo. Muchísimos españoles son una referencia internacional y son parte de sociedades a nivel europeo y americano. Tenemos a auténticos referentes oftalmológicos; nuestra sociedad oftalmológica no tiene que tener ninguna envidia a ninguna a nivel internacional.
–¿Con qué sensación ha acabado el congreso? ¿Espera poder darle continuidad?
–Positiva. Los 'imputs' recibidos de la gente son de que han acabado muy contentos y han aprovechado el día muy notablemente. Nos alegra, pues nuestra intención es continuar con acciones que sirven para formar la gente. Creemos que esto va a hacer crecer los conocimientos de todos los asistentes y que va a mejorar las actividades asistenciales de todos esos oftalmólogos.
–Para empezar, por aquellos más cercanos.
–El nivel oftalmológico que hay en ña comunidad es sin duda muy alto. El nivel de Castilla y León está a la par de cualquier otro lugar del país.
En el tratamiento de la catarata, el paciente, como es lógico, piensa en su calidad de vida. No por evidente dejó de ser una de las máximas reconocidas ayer en las ponencias relativas a la catarata del I Congreso Instituto Oftalmológico Recoletas. Valora el ver bien, que no le moleste y que la rehabilitación sea lo más rápida que sea posible. El deseo de que eso suceda lo conocen los especialistas, que recalcaron a lo largo de toda la jornada la necesidad de ser precisos en el diagnóstico, en el que pueden influir enfermedades o procesos paralelos como el ojo seco o como un herpes, dos de los casos analizados que pueden conllevar la cirugía.
Como explicó David Galarreta, la catarata convencional tiende a ser tratada con antibióticos, hecho que hace «que los gérmenes tengan una mayor resistencia». Sin embargo, las sociedades médicas recomiendan su uso tanto para la cirugía como para la prevención del dolor. Así, cuanto más «compleja» sea la catarata, más medicamentos van a ser utilizados tanto en el preoperatorio como una vez el paciente ha sido operado.
Para el doctor Mateo Orobia, «es importante conocer la precisión del astigmatismo y de la película que se va a implantar». Aun a sabiendas de que en la cirugía ocular «todo va en contra del globo ocular», conviene tener en cuenta que en el supuesto de un ojo seco, por ejemplo, habrá que paliar la inducción o incluso el aumento de dicha dolencia después de la operación mediante lágrimas superficiales. «Si no hay ojo seco con anterioridad, con un colirio bastará durante el preoperatorio, pero si sí existe el ojo seco, el tratamiento con lágrimas es lo adecuado tanto antes como después de la operación, dado que sirve para proteger la superficie ocular de algo peor», considera.
Junto a la catarata convencional, existe la posibilidad de su aparición debido a otros patógenos como los herpáticos o a la presencia de otras enfermedades adyacentes, como las también analizadas en este primer congreso 'Complicando la catarata': la diabetes o la uveitis, relacionada en algunos supuestos con la artritis reumatoide y que puede acarrear en el paciente incluso ceguera. Por todo ello, se hace indispensable que con anterioridad se analice y detecte si la catarata tiene como origen otras enfermedades paralelas, puesto que han de darse conservantes contra la posible complicación de cualquiera de las dolencias, como indicó Mateo Orobia. «Hay que intentar evitar las infecciones próximas, porque todo repercute en la calidad de visión del paciente», agregó. Así, Galarreta puso como tiempo aproximado en el caso de un herpes u otros gérmenes seis meses de tratamiento previo, si bien el estudio debe ser estricto «para así reducir los errores», coincidía con él Benítez del Castillo.
Aunque en opinión del doctor del centro vallisoletano IOBA Herreras Cantalapiedra «es preferible que se dé antes una cirugía de catarata que una regenerativa», hay que valorar como factor de riesgo la edad, en las mujeres, a partir de la menopausia, y en los hombres, en torno a la edad de jubilación. «La catarata no es una cirugía urgente, pero hay que hacer un seguimiento cercano y cuidar el ojo», coincidieron los galenos.
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