Freidoras de aire: ¿una alternativa sana a la fritura convencional?

En primer lugar hay que reconocer que el término freidora de aire es contradictorio, ya que el término 'freír' hace referencia al uso de aceite. Y es que estos aparatos no fríen, sino que cocinan los alimentos a través de aire caliente que circula continuamente gracias a un ventilador y consiguen un efecto parecido al del horno. Debido a esto, algunos alimentos pueden quedar menos jugosos y más secos que los fritos. Es cierto que se utiliza una pequeña candidad de aceite, pero no la suficiente para que los alimentos técnicamente se frían. En el caso de productos como el salmón ni siquiera es necesario añadir nada de aceite, ya que se cocinan con su propia grasa al entrar en contacto con el calor.

Por otra parte, es cierto que pueden ser más saludables que las frituras, pero con matices. Las frituras ocasionales con un aceite de calidad, a una temperatura que no humee, evitando un aceite demasiado reutilizado con restos quemados, no son peligrosas para la salud. Pero sí es cierto que abusar de los fritos (siempre dependiendo de la técnica y del tipo de aceite) y, sobre todo, freír de una forma incorrecta, puede ser perjudicial. Hay que recordar que todas las grasas no son malas. Existen grasas buenas y necesarias para nuestro organismo.

Una ventaja de estas freidoras sin aceite es que utilizan menos energía que el horno, por lo que supone un ahorro de energía, de aceite y también de tiempo, ya que no necesitan precalentarse. Son capaces de cocinar rápidamente una gran variedad de sabrosas recetas, aunque el efecto no sea igual que el de la fritura convencional. Lo que sí que hay que tener en cuenta es que ocupan bastante espacio en la cocina, por lo que conviene buscar un hueco antes de comprarlas.