Sanidad autoriza usar AstraZeneca con policías, bomberos, militares y profesores

La Comisión de Salud Pública, que se ha visto a elaborar contrarreloj una modificación de la estrategia nacional de vacunación ante la imposibilidad de usar las dosis de AstraZeneca para el siguiente grupo diana (los octogenarios en adelante) confirmó hoy su decisión de que las 196.800 dosis de la vacuna de AstraZeneca que llegaron el fin de semana y las 1.613.775 vacunas de este laboratorio que van a aterrizarán en España este mismo febrero sean inoculadas a «profesionales y trabajadores sanitarios y sociosanitarios en activo» que no estén en primera línea de la lucha contra la covid.

La Comisión aclaró, ante las críticas de las autonomías por su falta de concreción, que entiende que están incluidos en este grupo prioritario «colectivos en función del riesgo de exposición de la actividad laboral». Entre otros: fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, personal de oficinas de farmacia, medicina legal, servicios de ayuda a domicilio, centros de menores y de centros de día o trabajadores de Instituciones Penitenciarias.

De forma paralela a estos grupos, el departamento que dirige Carolina Darias también autoriza a las autonomías a inocular la vacuna británica a un nuevo colectivo, que denomina 6, y en el que incluye a trabajadores «con una función esencial para la sociedad». En este grupo entrarán miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad (Policía Nacional, Guardia Civil, policías autonómicas y policías locales); personal de emergencias («bomberos y otros»); y Fuerzas Armadas. Igualmente se considerarán de «función esencial» docentes y personal de educación infantil y necesidades educativas especiales, y profesores de primaria y secundaria.

La nueva estrategia de vacunación recoge buena parte de las peticiones y sugerencias de las comunidades, que en su mayoría habían abogado por dar preferencias a los colectivos seleccionados por Sanidad, aunque había administraciones que habían pedido la inclusión de otros grupos más controvertidos como camareros, taxistas, empleados de gasolineras, retenes anti incendios o periodistas.

Al margen de rehacer su estrategia de vacunación por los problemas provocados por la vacuna de AstraZeneca el Gobierno central aprovechó hoy para dar un golpe encima de la mesa y frenar en seco la intención de algunas comunidades, particularmente de Cataluña, de fijar su propio plan de vacunación aprovechando la confusión generada por la por la falta de fiabilidad de las profilaxis de Oxford en los grupos de edad más avanzados. Las órdenes del Ministerio de Sanidad a la Comisión de Salud Pública fueron claras: elaborar un guión pormenorizado que fijara sin género de dudas a qué colectivos y en qué momento se debe inmunizar con los viales del laboratorio británico para zanjar de una vez por todas los intentos de marcar líneas propias de vacunación autonómicas.

La propia Darias desde Moncloa fue tajante: la estrategia de vacunación es y será «única» y aunque este plan sea «participado» y «acordado» entre las autonomías y Sanidad. Y habrá un orden de prioridades de grupos y colectivos que «deberá ser seguido» por las consejerías de las comunidades. Darias insistió en que «los grupos de población que se establezcan (en el Consejo) y el orden que se establezca, deberán ser seguidos por las comunidades autónomas porque son vinculantes para todas ellas».

La inmensa mayoría de las comunidades ya ha acabado o está a punto de concluir la doble inoculación del primer 'grupo diana': los usuarios de las residencias y sus cuidadores y personal sanitario de primera línea contra el virus. Muchas autonomías también han concluido de inmunizar a los grandes dependientes, por lo que esperaban empezar esta semana con los mayores de 80 años, señalados como el siguiente colectivo por la Comisión hasta los problemas surgidos con AstraZeneca.