Graves disturbios en Barcelona, Burgos y Santander contra las restricciones

Varios miles de personas se han manifestado este viernes por la tarde en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, en una protesta heterogénea, en la que se han congregado desde negacionistas de la covid, a trabajadores de la hostelería y la restauración.

La protesta ha derivado en disturbios entre los manifestantes y la Policía, después de que algunos grupos de alborotadores han lanzado piedras, vallas, petardos y han levantado barricadas con contenedores en algunas de las calles adyacentes a la céntrica plaza. Grupos de jóvenes han aprovechado también el caos en el centro de Barcelona para saquear dos tiendas deportivas: un Decathlon, de donde se han llevado bicicletas y patinetes, y un Foot Locker. Las algaradas se han iniciado poco después de que acabara la manifestación convocada a las seis de la tarde, a la que han acudido unas 1.500 personas.

Los Mossos han desalojado con cargas la protesta y han tenido que custodiar el Palau de la Generalitat para evitar que algunos exaltados encapuchados trataran de entrar a la fuerza. El fuego y las llamas han regresado a la capital catalana. En esta ocasión, no han sido los CDR sino grupos radicalizados protestando contra las restricciones al grito de «libertad». Un cámara de La Sexta ha resultado herido.

Según Pere Ferrer, director general de la Policía catalana, se han identificado varios grupos violentos en las algaradas. Algunos de ellos forman parte de la extrema derecha, ha asegurado en Rac-1. En el centro de Barcelona se han vivido escenas de mucha tensión, como cuando un manifestante violento ha tirado a un policía municipal de la moto cuando estaba montado en ella. Los Mossos d'Esquadra «investigarán y perseguirán a los que han practicado la violencia extrema en la Vía Laietana y calles adyacentes», ha expresado el consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Sàmper. «Ningún espacio ni concesión a quienes buscan la desestabilización practicando la violencia extrema en un momento tan crítico en la lucha contra la covid-19», ha señalado.

Vox ha defendido las protestas de este viernes en Barcelona. Su líder en Cataluña, Ignacio Garriga, ha dicho que son «trabajadores en el paro, padres sin nómina para alimentar a sus hijos, autónomos que no tienen trabajo y que hoy han visto su cuota aumentada». «Españoles corrientes de Barcelona, hasta las narices de ser encarcelados y condenados a la miseria», ha apuntado. «Hay infiltrados violentos, pero la realidad es que han salido muchos trabajadores y autónomos, cansados de ser encerrados y que la única solución del Gobierno y del Govern sea miseria y ruina», ha rematado.

Pero los de Barcelona no fueron los únicos incidentes de este viernes. Más de un centenar de personas protagonizaron graves disturbios en el barrio de Gamonal en Burgos con violentos enfrentamientos con la Policía, con lanzamiento de piedras y quema de contenedores. Según confirmaron Efe fuentes de la Delegación del Gobierno, los disturbios han comenzado sobre las 22 horas de la noche, justo cuando comienza el toque de queda decretado en Castilla y León para contener la expansión del coronavirus.

La escena, que recuerda a las vividas en el barrio hace seis años con motivo de las protestas contra la reforma de la calle Vitoria, han comenzado a raíz de una concentración en rechazo de las últimas medidas restrictivas impuestas por el Gobierno y la Junta de Castilla y León para frenar la expansión de la covid. En un momento dado, esa concentración, en la que estaban participando varios cientos de personas y que no estaba autorizada por la Subdelegación del Gobierno, se ha transformado en una batalla campal.

Alrededor de medio centenar de personas, la inmensa mayoría jóvenes, han comenzado a provocar disturbios en plena calle Vitoria, entre la avenida de los Derechos Humanos y la calle Juan Ramón Jiménez. Contenedores en llamas cruzados en plena calzada, vallas de obra tiradas, mobiliario urbano destrozado, petardos, bengalas y lanzamiento de objetos contra los efectivos policiales allí presentes, que han tenido que retirarse en los primeros momentos a la espera de refuerzos.

Durante cerca de una hora han continuado los altercados ante la atenta mirada de centenares de vecinos que, apostados en sus ventanas, no daban crédito de lo que estaba sucediendo. «En realidad, no sabemos ni cómo ha empezado todo», relataba un vecino minutos después. En todo caso, la inmensa mayoría mostraba su indignación por lo que estaban viendo.

Sea como fuere, pasadas las 22:30 se han personado en la zona varias patrullas de los antidisturbios, que han encarado la calle Vitoria desde varios puntos para cargar contra los manifestantes. Ese movimiento ha provocado la dispersión de los mismos por las calles adyacentes, si bien, durante un buen rato ha permanecido la vigilancia en la zona y se han practicado algunas detenciones aún sin cuantificar.