
La pasta, recomendaciones de uso
Es uno de los alimentos más populares, pero para unos aporta muchas calorías y para otros solo son hidratos de carbono. Los profesionales del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas Castilla y León nos sacan de dudas
el norte
Martes, 25 de octubre 2016, 21:33
La palabra pasta deriva probablemente de un término griego que significa «harina mezclada con líquido» y cuyos orígenes son bastante confusos. Bien sea a través del mito que la pasta es consecuencia de una disputa entre Vulcano, dios del fuego, y Ceres, diosa de los cereales, o de otras historias, son varios los países que se adjudican el origen de la pasta: China, Japón, Francia e Italia. Muchos piensan que fue Marco Polo quien introdujo la pasta en Italia en 1292, pero algunos historiadores afirman que ya se consumía en Italia en aquella época. En la obra de 'Aspicius De Re Coquinaria', primer libro de cocina, ya se hace mención del uso de la pasta en muchos platos. Y durante el primer milenio aparecen escritos sobre el uso de la pasta en diferentes formas.
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Los ingredientes básicos para preparar pasta son el agua y la sémola de trigo duro. A partir de aquí se le pueden añadir diferentes ingredientes y se somete a un moldeo para obtener la forma deseada. La razón por la que se emplea sémola de trigo duro en su elaboración es por su alto contenido en gluten, lo que le da a la pasta mayor consistencia.
Podemos encontrar la pasta en dos presentaciones diferentes: seca o fresca. La diferencia nutricional entre ambas es irrelevante. La seca al no contener agua permite que se conserve más tiempo sin necesidad de refrigeración. Lo contrario le ocurre a la fresca, al tener mayor contenido en agua, ha de conservarse en refrigeración y su longevidad es menor. Mencionar solamente que la pasta fresca muchas veces suele ofrecerse al consumidor rellena se carne, quesos u otros ingredientes, lo que hace que su valor calórico aumente y sus propiedades nutricionales cambien.
La pasta alimenticia cruda nos aporta 347 kcal por 100g. Su principal nutriente son los hidratos de carbono, seguidos por la proteína y por último 1,5% de grasas y minerales. La composición puede variar un poco, si como dijimos antes se le añade algún ingrediente extra en su elaboración (verduras, huevo, etc.).
La ración recomendada pesada en crudo serían unos 80g, por lo tanto, un plato de pasta nos aporta unas 277.6 kcal. Lo más importante para mantener este plato como saludable es cómo lo cocinamos y qué ingredientes y salsas le añadimos. No sería así si se tratara de un plato de sopa, en la que la ración recomendada son 40g. Como nos contaba nuestra compañera en su artículo '¿Rico en fibra?, mira la etiqueta', siempre se va a preferir el consumo de pasta integral por su mayor contenido en fibra y el aprovechamiento de todos los nutrientes del trigo entero.
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Algunas recetas saludables
Macarrones salteados con verduras: cocer los macarrones y reservar. Saltear cebolla cortada finita y calabaza. Después añadir espárragos trigueros, unas setas o champiñones y unos taquitos de jamón. Dejar cocinar unos 10 minutos y después mezclar con la pasta.
Ensalada templada de pasta con rúcula: la pasta que prefieras cocida, rúcula, unas tiras de salmón ahumado, nueces y queso emmental. Se puede hacer una vinagreta con aceite, vinagre, pimienta, sal y pimiento del piquillo triturado.
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Pasta con salsa de aguacate y tomates cherry (Para la salsa: 2 aguacates, zumo de medio limón, unas hojas de albahaca, sal, pimienta y aceite de oliva para emulsionar un poco. Batir todo y añadir el aceite poco a poco para que se mezcle bien). Cocer la pasta, añadir la salsa y los tomates cortados.
Ensalada de pasta: pasta de colores, tomate en cuadraditos, espinacas, cebolleta, pasas, espárragos, semillas de chía y aove.
Pasta con gambas y albahaca: cocer la pasta. Rehogar en una sartén unas gambas, con unos ajitos, un tomate en dados y una guindilla en rodajas. Después añadir albahaca y mezclar con la pasta.
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