La regla del cuadrado que salva vidas en la carretera

El artículo 54 del Reglamento General de Circulación establece que los conductores deben respetar la distancia de seguridad con los vehículos que les preceden. No hacerlo supone una sanción de 200 euros y la pérdida de cuatro puntos del carné. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha realizado en los últimos años sucesivas campañas de vigilancia de esta medida, especialmente a vista de pájaro desde el Pegasus, y a partir de 2011 comenzó a desplegar marcas viales, denominadas 'galones' (una suerte de flechas), que pintan sobre la calzada las distancias a respetar.

Pero, ¿cómo calcular la distancia de seguridad? La propia DGT establece una sencilla multiplicación, denominada 'regla del cuadrado', que permite estimar los metros a respetar en función de la velocidad genérica de la vía.

La 'regla del cuadrado' es «una medida para el cálculo de la distancia de seguridad» y para su determinación establece que se elimine la última cifra de la velocidad de la vía para después multiplicar la cifra resultante por sí misma. El resultado, en metros, es la distancia a respetar. Si se circula, por ejemplo, a 90 o 120 kilómetros por hora, se elimina la última cifra y el número resultante (9 o 12) se multiplica por sí mismo (9 por 9 y 12 por 12). El resultado, 81 y 144, son los metros de la distancia de seguridad en carreteras convencionales (81 para 90 kilómetros por hora y 144 para autovías de 120).

La Dirección General de Tráfico, eso sí, recuerda que sobre calzadas mojadas por lluvia la distancia de seguridad debe el doble del resultado de la 'regla del cuadrado', es decir, 162 metros para vías limitados a 90 por hora y 288 en autovías.

La DGT recoge distintos ejemplos, más que gráficos, sobre el resultado de un impacto brusco a determinadas velocidades: una colisión a 50 kilómetros por hora equivale a caer desde un tercer piso, una colisión a 120 equivale a caer de un piso catorce y un choque a 180 equivale a caer desde un piso 36.

La distancia de detención, que suma las distancias de reacción y frenado, en una autovía, limitada a 120 kilómetros por hora, ronda los 115 metros. Eso si el conductor circula atento a la carretera.

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