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El precio de las factura media de luz se ha vuelto a incrementar este mes de febrero, más de 20 euros respecto a enero, por lo que se sitúa a nivel de finales del año pasado. La cantidad media de un hogar en este último recibo fue de 76,72 euros, con lo cual, la esperanza de reducir el coste de principios de año se ha visto chafada con el último 'palo'. En febrero, el límite se ha situado en 50 euros/MWh y se espera que se incremente cinco euros cada mes, hasta alcanzar los 70 euros en mayo.
En cada factura de la luz los consumidores pagan por los servicios de dos empresas diferentes, por un lado, la comercializadora de energía, que es aquella con la que se tiene contratado el suministro y quien realiza la facturación, y por otro, la distribuidora, que es la que posee la infraestructura de la red para hacer llegar la electricidad. Para reclamar en caso de fallo en la factura, hay que saber bien a qué empresa de las dos dirigirse.
Cerciorarse de que existe un fallo en la factura, conseguir pruebas que lo confirman y decidir a qué empresa reclamar. Acudir al servicio de atención al cliente de su comercializadora si el problema se encuentra en la factura, el precio o la tarifa; y, si por el contrario se trata de un problema en el contador, sus lecturas o la calidad de la energía, referirse a la empresa distribuidora o pedir a la comercializadora que gestione ella la reclamación.
Formular la queja siguiendo los pasos que aparecen en la factura y en el contrato y, tras confirmar, deben hacer llegar un número de seguimiento de la reclamación.
Redactar un escrito explicando el problema y lo que se solicita por la vía mercantil, en caso de que no resuelvan el problema desde el servicio de atención al cliente; y adjuntar los documentos necesarios para defender la petición. La Junta Arbitral de Consumo se encargará de escuchar ambas versiones y tomar una decisión.
Si no existe un acuerdo por esta vía, debe acudir a la Consejería de Industria para que resuelvan la queja o la envíen al órgano competente.
La última opción de reclamación sería acudir a los tribunales para entrar en el proceso penal.
Existe otro motivo por el que reclamar una factura del suministro eléctrico. Por ejemplo, una factura de un punto de suministro del que ya no es titular llega a su nombre, porque la empresa distribuidora no ha registrado correctamente un cambio de domicilio. La reclamación debe realizarse a la antigua comercializadora, adjuntando los documentos que certifiquen la venta o alquiler del inmueble que ya no le pertenece.
Los consumidores disponen de 30 días para realizar las correspondientes reclamaciones, que cuentan desde el día que el cliente recibe la factura en su domicilio. Asimismo, los documentos necesarios para llevar a cabo el procedimiento serán los datos del titular del contrato, una fotocopia de la factura correspondiente y, en caso de no llegar a un acuerdo con la compañía, el DNI y una fotocopia de la reclamación realizada.
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