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Son los años 80 en Reino Unido. Las calles están llenas de huelgas industriales, gente sin empleo, violencia y disturbios. En ese ambiente, la escena electrónica importa desde Chicago un nuevo género, el 'acid house'. A finales de la década, en 1987, nace en Londres ... el club Shoom, uno de los primeros en introducir esta música en el país. Pero había un problema. «Bailar en un club era algo exclusivo», explica Pete Tong, dj, productor y locutor en BBC Radio 1, en el documental 'What we started'. La solución fue sacar la música a la calle.
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Nace así una época conocida como el Segundo Verano del Amor, que bebe de la herencia del primero, el del 69, y que tuvo su máxima expresión en el festival de Woodstock. La premisa seguía siendo la misma, el amor y la fraternidad que se movía en el movimiento hippie. Para poner imagen a este nuevo movimiento se eligió como emblema el 'smiley', el famoso símbolo que representa una cara feliz de color amarillo.
La banda sonora era el 'acid house'; pero había otro protagonista, el éxtasis. Pronto llegaron las primeras muertes por esta droga, que se produjeron incluso en algunos de los clubes. La presencia policial comenzó a aumentar y eso derivó en la primera 'rave' de la historia, 'Sunrise'. Se hizo en un centro ecuestre de Londres y acudieron unas 800 personas. En su segunda edición se dieron cita 3.000 asistentes. Estas fiestas se caracterizan por organizarse en lugares alejados de las ciudades -en su mayoría entornos abandonados-, la música electrónica y la dificultad para llegar hasta ellas, sobre todo por el secretismo en la localización para evitar la presencia policial.
Así nació la cultura 'rave', donde cada fin de semana miles de jóvenes acudían a estas fiestas a bailar 'acid house' y donde también se consumían sustancias estupefacientes, principalmente el éxtasis. «No había ningún lugar legal en Londres para hacerlo, por eso se hacían en campos y almacenes ubicados en la autovía M25», explica Pete Tong en el documental. La alarma social, auspiciada en gran parte por los medios de comunicación ingleses, derivaron en la Ley de Justicia Penal y Orden Público, aprobada por el Parlamento de Reino Unido en 1994.
El Segundo Verano del Amor había finalizado pero las fiestas ilegales seguían presentes en la sociedad inglesa. Las 'raves' persistían y las redadas policiales también. Todo ello culminó en 1994, cuando se aprobó la 'Criminal Justice and Public Order Act', entendida como la Ley de orden público y justicia criminal. Entre las restricciones de esta norma se encontraba la prohibición de las fiestas al aire libre.
La parte quinta de la ley incluía secciones concretas contra estas fiestas ilegales. De hecho la norma nació con el fin de reprimir las 'raves'. El punto cinco de la norma estaba dedicado exclusivamente a estas fiestas. Donde se apuntaba a las personas que acudían y a los organizadores. Según la ley, una reunión de más de 20 personas ya se podía considerar como una 'rave'. Y se definía como aquella fiesta donde suena música por la noche y donde por el volumen se pueden causar serios problemas a los habitantes de la zona. Con esta ley se consiguió atajar la cultura 'rave', pero el movimiento ya había traspasado fronteras.
Los inicios de la cultura 'rave' comenzaron como fiestas clandestinas en Inglaterra en localizaciones secretas, que principalmente eran almacenes y campos abandonados en torno a la carretera M25 de Londres. «La única forma de saber dónde se hacían era tener un número para llamar, que tenía un contestador automático que te decía la dirección exacta de la fiesta», explica el conocido dj Carl Cox en el documental. El número era el 0898 y la respuesta era «¡Estás cordialmente invitado al sueño de una noche de verano! Toma la autopista M25 hasta la A296 y ve hacia el este».
Actualmente el ambiente ha cambiado drásticamente y las 'raves' son una parte casi residual del panorama electrónico. Al menos las fiestas masivas. Los festivales aceptan este estilo de música y existen clubes legales donde suenan estos géneros musicales. Las nuevas tecnologías también han cambiado la forma de convocar una 'rave'; ahora es más fácil comunicar una localización sin necesidad de hacer uso del boca a boca o de contestadores automáticos. En el caso de la fiesta 'rave' de Zamora, la convocatoria se hizo a través de Telegram, un servicio de mensajería instantánea como puede ser Whatsapp.
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