No podrá pasar la Nochebuena en casa, pero el mejor regalo de Navidad para el cantante será un alta hospitalaría que llegará antes de la última gran noche del año. Y es que Raphael está a punto de abandonar el Hospital 12 de Octubre de Madrid, donde ingresó tras pasar previamente por el Clínico San Carlos al sufrir un accidente cerebrovascular mientras se encontraba en el Teatro Príncipe Gran Vía grabando el especial navideño La Revuelta el pasado 18 de de diciembre y del que salió por su propio pie. Casi una semana después, su mujer, Natalia Figueroa, ha confirmado en declaraciones al periódico ABC que será este viernes cuando el interprete abandone el centro médico.
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Una decisión por motivos de salud que implicará que el matrimonio tendrá que pasar dos fechas señaladas, Nochebuena y Navidad, lejos de los suyos. Algo que encaran con optimismo. «Pasar aquí estos días no es ningún drama (...) lo más importante es que esté bien y que se vaya a casa perfecto», declaraba ante los medios Jacobo Martos, hijo del cantante, el pasado miércoles.
La familia apuntaba estar a la espera de conocer si sería necesario hacer «más pruebas» y los resultados de las mismas, pero parece que la evolución del artista, que se encuentra fuera de peligro, ha seguido un curso favorable. «El viernes ya nos iremos a casa. Todo sigue su curso, haciéndole todas las pruebas y los chequeos que los médicos quieren y que es lo que debe ser. Pasaremos Nochebuena y Navidad aquí, que le vamos a hacer. El viernes a casita», ha asegurado en exclusiva a ABC.
Figueroa ha venido a confirmar la información facilitada este mismo lunes por la periodista Mábel Galaz en el programa de TVE 'Mañaneros', que informaba de que el alta del cantante no iba a llegar a tiempo para el 24. «Raphael va a pasar la Navidad en el hospital. Que no le van a dar el alta, que está bien, que está tranquilo, que está estable, pero que necesita estar todavía allí porque le están realizando muchísimas pruebas médicas», comunicaba la periodista.
El principal motivo de esta decisión, apuntaba Galaz en el matinal, es la falta de un diagnóstico claro: «Me han explicado que necesitan más pruebas para dar una valoración exacta». Algo que ha afectado al estado anímico del cantante, que a pesar de que se encuentra «tranquilo» tiene episodios «de rabia, de disgusto» por haber tenido que suspender sus conciertos inminentes y por no poder pasar la Navidad en familia, con la que se mantiene en contacto telefónico, más allá de las visitas de su entorno más cercano.
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Sus allegados han intentado transmitir en todo momento a los medios absoluta tranquilidad, pues en cada visita apreciaban signos favorables en su evolución dado el buen estado del cantante, que no ha dejado de agradecer la atención médica y el cuidado que ha recibido por parte de los profesionales en el hospital. El avance más importante, pese a no dar aún con el motivo exacto de sus síntomas, ha llegado tras decartarse el ictus, uno de los motivos principales de preocupación de la familia.
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