Mara Mariño
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Mara Mariño
Mara Mariño no desaprovecha ningún medio para hablar sobre feminismo: utiliza sus redes sociales, participa en pódcast y programas de radio y escribe una columna sobre sexualidad feminista. También es la autora de 'Todo lo que mi novio debe saber sobre feminismo' (Grijalbo), un libro ... ácido y directo en el que propone relaciones basadas en la igualdad y el respeto mientras reflexiona acerca de la violencia machista, el acoso sexual o los cánones de belleza.
-Habrá algún hombre que se crea feminista porque le prepara el vermú del domingo a su chica.
-Seguro. Y no solo que crea que es feminista, sino que ya ha hecho por el feminismo más de lo que se podía esperar de él.
-¿Cuántos hombres leerán este libro porque se lo han comprado ellos y no porque se lo vayan a regalar sus madres, hijas o novias?
-Mira, algunos seguidores ya me han mandado el pantallazo de que se lo han comprado. Sí que es verdad que va a haber más mujeres interesadas que ellos, pero eso no significa que no les vaya a llegar, porque a lo mejor lo compra la novia y le dice «oye, creo que deberías echarle un vistazo a esto». Es una manera de que el libro les llegue, lo lean y sepan qué es lo que está pasando aquí con nosotras.
-Frente a los que dicen que las mujeres se quejan sin motivo, ahí están los datos acerca de maltratos, violaciones o brecha salarial.
-Exacto. De hecho, esa fue una de las primeras conversaciones que tuve con mi editora: este libro no podía ser solo mi opinión, sino que tenía que reflejar la sociedad actual en la que vivimos. Por eso, detrás hay un trabajo de investigación muy amplio para demostrar que las reivindicaciones que hacemos no están basadas en sensaciones, sino en datos que nos sirven para tener conversaciones con esos cuñados que en las cenas familiares nos salen con las denuncias falsas. Bueno, pues son el 0,0015%. A lo mejor, respondiéndoles con datos oficiales conseguimos que dejen de pensar que son quejas sin motivo.
-¿Y qué hacemos con los menores de 18 años? Es donde más crece la violencia machista.
-Es la pregunta del millón: qué hacemos con estos jóvenes cuya educación es la pornografía, y que, a través de TikTok, reciben mensajes súper virales de chavales que abogan por unos acercamientos muy violentos hacia la mujer. Llegar a ellos es una cuestión de educación en las familias, pero también de que se penen ciertas actitudes en los colegios: no se puede dejar pasar como 'cosas de niños' que un alumno insulte a una compañera o le levante la falda. Desde pequeños, eso se tiene que castigar de alguna manera. Y deberían recibir algún tipo de formación en igualdad. También es necesario que a sus redes sociales lleguen mensajes de divulgadoras como yo, que hablamos de feminismo desde un punto de vista con el que se pueden sentir reflejados: no te decimos que feminismo sea estar 24 horas limpiando el suelo de rodillas, sino que, si tienes una cita con una chica, no la presiones para que te dé un beso, o que si estás wasapeando con ella no sientas que tienes que demostrarle tu poder con una fotopolla, porque la vas a hacer sentir súper incómoda y, además, es una forma de violencia hacia ella.
-Hay quienes piensan que el pico de Rubiales no es para tanto.
-Evidentemente, quienes dicen eso son los que han tenido actitudes parecidas, o creen que invadir el espacio y la intimidad de una mujer no es grave porque ya lo han hecho con anterioridad. Lo de Rubiales es solo la punta del iceberg de todas las violencias que hay detrás y de todo lo que ya hemos aguantado nosotras toda la vida.
-Mara, usted es una mujer joven y atractiva que no odia a los hombres. ¿Es una buena feminista?
-[Risas]. Mira, recientemente me han preguntado cómo llevaba la disonancia cognitiva entre ser feminista y tener novio. Pues es que no hay ninguna: tú puedes ser feminista y tener novio, maquillarte y ponerte unos tacones si te apetece. Al final, eso se utiliza para desacreditar nuestro feminismo como diciendo «tan feminista no serás si te maquillas o si te pones un escote». Que yo me depile el bigote no me va a hacer menos feminista; lo que me haría menos feminista sería que yo no estuviera a favor de que desaparecieran las violencias y las desigualdades. El feminismo es la libertad de que tú seas como quieras.
-Pero las mujeres recibimos mensajes contradictorios: por un lado nos dicen cómo adelgazar cuatro kilos y, por otro, nos animan a aceptarnos tal cual somos. ¿Se puede salir de esa esquizofrenia?
-Eso sí que es disonancia cognitiva, y no la de tener novio. El otro día, leía un titular sobre mujeres que están a los 50 mejor que a los 30: es la idea de que no solo tienes que estar siempre más en forma, sino ser más joven, y eso es imposible por el paso del tiempo. En cambio, en una revista orientada hacia el público masculino, el titular era «Por qué el cuerpo de padre es sexy», y el artículo decía que los hombres que ya no están en buena forma física son sexis por la confianza que tienen en sí mismos, porque son auténticos y saben disfrutar de la vida. Es decir, para ellos es un mensaje positivo, mientras que para nosotras es muy nocivo.
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