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S. Andrino
Jueves, 24 de marzo 2022, 16:43
Cuando la oferta es escasa, lo primero que se resiente es el precio. Así de sencillo. Lo sabemos todos. Por eso, en este escenario de confluencias tan dispares como una guerra, una huelga de transportistas y una crisis energética, los efectos en los bienes de ... primera necesidad, como son los alimentos, no tarda en hacerse notar.
En el caso de los alimentos, el aceite de girasol y los cereales como el maíz o el trigo -de los que Ucrania y Rusia son grandes proveedores- fueron los primeros en encarecerse de forma notable. Y, consecuentemente, también lo están empezando a hacer todos los derivados de estos productos: los piensos con los que se alimentan los animales, las carnes y embutidos, los artículos de panadería, la cerveza, las conservas, los huevos o la leche.
«Es previsible que la carne siga subiendo, debido al encarecimiento de los piensos, que se producen a partir de los cereales», dice Enrique García, del departamento de Comunicación y Relaciones Institucionales de la OCU al diario 'El Correo'. Lo mismo ocurrirá con los productos elaborados. Es decir, todos aquellos alimentos que llegan al consumidor después de ser procesados en las fábricas: mayonesas, todo tipo de conservas, bollería y pastelería, cereales de desayuno, chocolates, helados, y un largo etcétera. «Subieron un 4,5% en febrero, y ello es indicativo de que la industria está trasladando al consumidor los incrementos en los precios de la energía y las materias primas», añade García.
No obstante, la situación no viene de ahora, con motivo solo de la huelga de los transportistas que están impidiendo la llegada de muchos productos a los lineales y mostradores de los mercados, sino que se arrastra desde hace tiempo. De ahí que, segun un informe de la Organización de Consumidores (OCU) fechado en el pasado mes de febrero (el último publicado) muchos de los alimentos de primera necesidad están viendo incremendados sus precios.
Es el caso de la fruta fresca (3,8%), las legumbres secas o en conserva (3,1%) y, sobre todo, los alimentos para bebés (5,0%). Otros productos básicos afectados por la subida, aunque en menor medida, son la leche entera (1,9%), la leche desnatada (1,6%), el pescado congelado (1,3%), el pan (1,1%) y el queso (1,1%). También llama la atención las extraordinarias subidas de salsas y condimentos (5,2%), el agua mineral (5,1%) y los platos preparados (4,5%).
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Por el contrario, durante el mes de febrero se han producido importantes bajadas de precios en los pescados frescos (-7,1%) y en la carne de ovino (-5,2%), si bien ambos arrastraban importantes subidas en meses anteriores y en los últimos días la huelga de transportistas y la de los pescadores se ha vuelto a traducir en una subida. Para la organización, estamos hablando de un incremento «muy preocupante» en el caso de toda esta lista de alimentos.
A todo esto hay que sumar otros elementos igualmente necesarios para garantizar la alimentación como es el butano. Desde hace unos días, la bombona ha pasado a costar 18,63€, un incremento de 88 céntimos que supone un 4,96% el máximo legal permitido.
En un año la bombona se ha incrementado un 33,5% debido al incremento del precio de la materia prima. Según la OCU, la guerra en Ucrania ensombrece las previsiones y apunta a que las subidas continuarán en las próximas revisiones.
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