![La adiestradora Anika Rytel y, de izquierda a derecha, Venom, Tofie, Magneto, Kiara y Cleo.](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202204/18/media/cortadas/anika-cuidadora-kbnC-U1601706477560ZpE-984x608@El%20Norte.jpg)
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Su manada está conformada por tres perros, pero en su labor ha educado a más de 1.400 canes con sus más de 2.000 respectivos dueños. Anika Rytel es educadora canina desde hace doce años y ahora también ayuda desde el proyecto de Mascotas Urbanas, una plataforma que forma a los humanos para comprender a su amigo de cuatro patas y que reúne a 60.000 seguidores en Instagram. Con una carrera que ha recalado varias veces en Valladolid por varios proyectos, analiza las claves para una buena relación con nuestra mascota, los problemas más comunes que podemos encontrar en la convivencia y cómo resolverlos.
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-¿Cuáles son los problemas más comunes que podemos tener con nuestro perro?
-Hay cinco que son estrella. La reactividad, los ladridos excesivos, que muerdan cosas de casa en nuestra ausencia, una mala calidad del paseo y que no venga con nosotros cuando le llamamos.
-Dice la mala calidad del paseo, ¿cómo puede influir en la convivencia?
-No solo es uno de los aspectos más importantes, si no que encima es uno de los obligatorios. Debemos sacarle mínimo dos veces al día. Y efectivamente, un mal paseo añade tensión y estrés que puede desembocar en otros malos comportamientos. La tensión se refleja en ladridos, perros que se quieren lanzar a otros, que pasean alerta y cualquier cosa en movimiento les provoca una reacción nerviosa. Cuando el paseo mejora, también lo hacen otros comportamientos.
-Se puede decir que es el aspecto más importante de la convivencia.
-Efectivamente. Es el momento donde podemos mantener al perro con sus necesidades cubiertas, porque en casa no tiene mucho entretenimiento. El paseo es muy estimulante y si es de mala calidad no podremos hacer nada con el perro, ni jugar con él. Si es bueno cubrimos el desgaste de energía que necesita, la socialización y el mero hecho de andar. También su espíritu gregario, por eso debemos mostrar confianza cuando tengamos situaciones complicadas en la calle. Si dudamos y nuestro perro lo nota, será quien tome la iniciativa. Obviamente su respuesta rara vez será la que nosotros queramos.
-¿Qué podemos recomendar entonces a los nuevos dueños?
-Que a los perros hay que educarlos siempre y desde el primer día que pisan nuestra casa. Independientemente de que sean cachorros, un adulto adoptado, abandonado o maltratado. Y mantenerlo en el tiempo, no dejar de hacerlo, porque entonces llega el descontrol.
-Crear una rutina...
-Siempre digo que lo más importante para tener una convivencia sana con nuestra mascota son tres pasos. Primero, aprender su lenguaje corporal. Un ejemplo, cuando bosteza. No quiere decir que tenga sueño, muchas veces es una forma de liberar un pico de estrés que puede estar provocado por nosotros. Y esto no siempre es malo, puede ser bueno. La gente cree que empatiza con el perro y lo confunde con humanizar. Piensan que lo entienden cuando le ven como si fuera un pequeño humano. Pero hay que tratarle como un perro y conocer su lenguaje. El segundo paso es enseñarle un idioma que entienda. Hay que construir un hilo de comunicación básica que consiste en ocho ejercicios y dos palabras -muy bien y no-. Luego ya enseñamos el sienta, tumbado, quieto, liberación, que venga a la llamada, a tu sitio, 'hop' y suelta. El último paso es trabajar en el resto de problemas que hemos comentado, que deje de ladrar, que deje de tirar, etc.
-Valladolid va a permitir pasear a los perros sin correa a ciertas horas y subirles a los autobuses, ¿cree que es una buena medida?
-Aquí entramos en una temática de tolerancia. Lo ideal es que respetemos todo, como quienes respetan el ruido si viven cerca de un colegio o los peatones a ciclistas, corredores y patinadores. Los que tenemos perro tenemos que respetar a quienes no lo tienen y viceversa. Si enfocamos esta iniciativa a cubrir las necesidades de nuestro animal, es muy conveniente que haya un momento donde puedan estar sueltos para cubrirlas. El problema es hasta qué punto, ¿qué pasa con aquellos perros que causan problemas? Creo que los dueños son muy conscientes. Una persona que sabe que su mascota puede causar problemas no le va a soltar. La medida puede ser positiva y quizá lleve a muchos dueños a querer modificar las conductas de su mascota para darle libertad. En resumen, la educación te da la libertad.
Perros en los autobuses de Valladolid
-Antes hemos hablado de los problemas más comunes, ¿cuál sería el más complicado de resolver?
-Los miedos muy arraigados. La modificación de esos comportamientos es muy lenta y los dueños muchas veces se desesperan y se rinden. Hay perros que pueden tardar meses en cambiar una conducta y muchas personas no están dispuestas a trabajar tanto.
-¿Cómo se trabaja con el miedo a los petardos?
-Es un problema que preocupa mucho a la gente, pero solo cuando aparece. Desde una perspectiva profesional no podemos hacer nada en ese momento, debemos ser previsores. Sabemos que va a haber petardos en Nochevieja. Por lo tanto, desde octubre deberíamos trabajar en modificar la sensibilidad que muestra el perro frente a ese estímulo sonoro. De forma sistemática, hacemos una habituación. Meses antes, le preparamos para ese momento y desensibilizamos su mente a los ruidos. Ponemos una pista de audio con este sonido en los altavoces y a un volumen mínimo. Desde el más bajo, aunque no reaccione. Eso es lo que buscamos. Y si no se asusta, podemos interactuar con él y ofrecerle cosas positivas como juegos, una salchicha, etc. Aumentamos el volumen día a día para que cuando llegue el momento lo entienda como algo cotidiano. Quiero dejar claro que es un trabajo que siempre recomiendo hacer con supervisión de profesionales.
-¿Humanizamos demasiado a los perros?
-Es algo que está muy demonizado, pero es inevitable. Pero una cosa es humanizarlo y otra llevarlo al extremo. En el fondo, la humanización es el motivo por el que ahora podemos disfrutar de nuestros perros. Gracias a ella empezamos con la domesticación y eso nos ha llevado a disponer de cientos de razas que se ajustan a diferentes necesidades. Entonces, no es mala, solo cuando es desmesurada. Marcaría un límite. Es buena siempre que respetemos su naturaleza.
-Volviendo al adiestramiento, ¿es más difícil educar un cachorro o un perro adulto?
-Es igual de fácil. Ambos tienen cosas a favor y en contra. Un cachorro llega a ti con la mente en blanco, pero está explorando el mundo. Entonces debe tener muchos comportamientos de ensayo y error que podemos aprovechar para educarlo bien. Con un adulto es maravilloso, porque cuando un perro cambia de entorno, para él es como un 'reset'. Su capacidad de adaptación es infinitamente más alta que la nuestra y eso nos ayuda a educarle de cero. Pero tienen sus hándicap. El cachorro tiene que hacer sus comportamientos de exploración y uno adulto puede venir con comportamientos del pasado. A uno lo guías y a otro le buscas nuevas alternativas, anulando las anteriores.
-¿Ocurre lo mismo con las razas?
-Diría que cada raza tiene unas cualidades que durante cientos de años se han buscado y se han potenciado. Hay algunas a las que le cuesta menos adaptarse a la sociedad humana y que tienen mayor facilidad de aprendizaje, como los perros de compañía o de trabajo. ¿Es más fácil educar a un caniche que a un beagle? Sí, porque el primero necesita menos repeticiones que el segundo, que es más independiente. No por ello es peor. Un caniche puede ser mejor para vivir en casa, pero si voy al campo, no va a ser tan bueno encontrando un objeto. A nivel profesional es difícil de determinar si es más sencillo educar unas razas u otras.
-¿No se dice que los border-collie son los más inteligentes?
-Las razas se han puesto muy de moda. Hace unos años fueron estos, por unos vídeos que se veían mucho en YouTube y donde salían haciendo muchos trucos y la gente pensó que era algo inherente a ellos. Sí, hay perros que aprenden más rápido y con más facilidad, pero eso no es siempre una ventaja, hay que saber gestionar su inteligencia. Cuando nosotros enseñamos, les damos recursos. Si por ejemplo queremos que sea capaz de saltar un muro de dos metros, que no nos sorprenda si salta la valla del jardín cuando haya cerca una hembra en celo. Quizá nos interesa tener un perro menos inteligente y que nos dé menos dolores de cabeza.
-¿Hay diferencia entre educar y adiestrar?
-Se confunde mucho. Hay gente que cree que solo existe el adiestramiento y piensan que su perro es muy cachorro para adiestrarlo. Pero no tiene nada que ver. Educar es guiar al animal para que sepa cómo comportarse en una sociedad humana, que para él es complicadísima de entender. Necesita a un humano que le guíe de forma amable y le enseñe cómo comportarse en cada situación. En el fondo tenemos que adaptar la naturaleza del perro a la sociedad humana, porque un perro nunca va a entender qué es un coche y que puede ser peligroso. Debemos enseñarle, aquí sí y aquí no. Adiestrar es hacerle diestro en algo en concreto. Una obediencia avanzada, labores de terapia, etc. Escoger una tarea específica y llevarla a una maestría.
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-Suele destacar que hay que tener perros con conocimiento, ¿qué opina de la posibilidad de realizar un curso previo para adoptar?
-Para mí es imprescindible tener conocimientos sobre algo tan importante como responsabilizarte de un ser vivo de otra especie. Tener un perro no solo puede suponer un cambio en la calidad de tu vida, puede ser todo súper guay o puede ser apocalíptico. Estos últimos años está ocurriendo algo precioso y nosotros tenemos gente que entra en el programa cuando aún no tiene perro para estar preparado. Casualmente esas personas no sufren problemas de comportamiento en el futuro. Ahora tenemos cursos que pueden hacer personas que se han quedado embarazadas; o con el carnet de conducir, que tenemos teoría y unas prácticas. Pero qué pasa, ¿tenemos un perro y esto es fiesta sin padres? Y como es un animal muy majete pues él sabrá qué hacer y nos despreocuamos. Pues no. El motivo de que haya tanto abandono es que la gente tenga perros de forma inconsciente. Los tienen por capricho o casualidad. Cuando no es lo que se esperan, lo abandonan. El antídoto al abandono es el conocimiento, la educación. Este examen probablemente disminuya los abandonos.
Mascotas Urbanas nace de la mano de Anika Rytel y su socio Pablo Mielgo. Su labor está enfocada a divulgar información sobre perros de forma online y gratuita, pero también ofrecen cursos de pago para tratar cada problema de comportamiento. En su labor divulgativa publican una media de 17 contenidos semanales en sus redes sociales. Además, cuentan con un podcast en Spotify que ya ha superado el centenar de episodios y donde tratan temas comunes que cualquier dueño puede tener con su mascota.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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