Una niña se entretiene con un 'smartphone'. R. C.

Los pediatras advierten que los menores de 12 años no deben usar pantallas más de una hora

El abuso de dispositivos electrónicos en la infancia y adolescencia, explican, causa déficit cerebrales y del comportamiento, insomnio, sobrepeso, sedentarismo, miopía y aumenta el riesgo cardiovascular

Jueves, 5 de diciembre 2024, 13:37

Los pediatras españoles van a publicar en los próximos días una actualización de su guía de riesgos por el abuso de móviles, tabletas y ordenadores durante la infancia y la adolescencia. El documento endurecerá de manera significativa sus recomendaciones a los chicos y a sus ... padres porque los últimos estudios científicos demuestran aún con más claridad los serios daños a la salud que provocan estos excesos en los menores.

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La Asociación Española de Pediatría (AEP), a la luz de la evidencia científica más reciente, eleva la recomendación de cero pantallas digitales de los dos a los seis años y aconseja a los padres que el tiempo máximo diario de uso de estos dispositivos no supere la hora hasta los 12 años y que de los 13 a los 16 años los adolescentes no lleguen a las dos horas de conexión, incluyendo en el tope el tiempo de uso escolar y el que precisen para hacer los deberes.

Estos expertos aclaran que no son recomendaciones gratuitas sino que responden a las conclusiones de las últimas investigaciones, que demuestran que el abuso de estos dispositivos a edades tempranas aumenta las posibilidades de padecer una larga lista de daños a la salud, entre las que están los déficit y daños cerebrales, el insomnio, el sobrepeso, el sedentarismo, la miopía o el aumento del riesgo padecer enfermedades cardiovasculares prematuras y diabetes. Algunas de estas recomendaciones actualizadas ya han sido anticipadas por el informe de conclusiones sobre los riesgos digitales en la infancia realizado para el Gobierno por el comité de 50 expertos, del que también forma parte la AEP, pero la guía es bastante más detallada.

Los pediatras empiezan por decir que en los primeros años de vida «no existe tiempo seguro alguno» de uso de pantallas. En otras palabras, su consejo es «cero pantallas» hasta los seis años, con la única excepción de que ,ocasionalmente y por tiempos cortos, el aparato se use bajo el control de un adulto para saludar a un allegado o para que le cuenten un cuento o le canten una canción.

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Para la franja de los siete a los doce años se recomienda que no superen la hora diaria frente a pantallas digitales (incluidos todos los usos) y que se limite al máximo el uso de dispositivos con acceso a internet, que, en cualquier caso, deberían operarse bajo la supervisión de un adulto, con dispositivos fijos, pactando claramente y de forma previa los tiempos máximos y los contenidos posibles y evitando en todo caso el uso en baños y dormitorios. Los especialistas señalan que el ocio a estas edades debe acapararlo la actividad deportiva, las relaciones cara a cara con los amigos y compañeros y el fomento del sueño y la alimentación adecuadas , así como del contacto con la naturaleza.

Para los adolescentes, para los chicos de edades de 13 a 16 años, se recomienda que si se les entrega un móvil sea analógico y que si se les permite el acceso a dispositivos con internet sea con todas las herramientas de control parental instaladas. Su consejo, no obstante, es que retrasen al máximo la edad de su primer 'smartphone'.

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Los pediatras comienzan su lista de advertencias con una especialmente dedicada a los padres. Las últimas investigaciones han demostrado «una fuerte asociación» entre el tiempo que los padres pasan ante las pantallas digitales y los abusos de uso de estos dispositivos por parte de sus hijos u otros menores de su entorno.

El móvil no es un juguete

Estos estudios recientes apuntan a que el uso de un teléfono para premiar o distraer a niños de uno a cuatro años es totalmente pernicioso para su neurodesarrollo porque, entre otros problemas, provoca que los pequeños luego exijan los dispositivos para calmarse y se frustren si se les niega. El uso rutinario de dispositivos para distraer o calmar, además, genera dificultad en el niño para el desarrollo de estrategias de autogestión, ocasiona dependencia de las pantallas para poder regular sus emociones y desencadena dificultades de autorregulación en etapas posteriores.

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Las últimas investigaciones sobre los riesgos del abuso digital en los adolescentes son igual de claras. «Los que pasan demasiado tiempo frente a una pantalla tienen más probabilidades de presentar dificultades cognitivas graves», resume María Salmerón, pediatra coordinadora de la guía.

Y los expertos se explican. Es justo a estas edades cuando termina la maduración del sistema límbico -la estructura cerebral que responde a estímulos externos con emociones como el miedo, la alegría, el enfado o la tristeza- y también cuando se completa la maduración de la corteza cerebral. Los medios digitales interfieren en este proceso de dos formas, aumentan la activación de la región límbica, al exponer a los chicos a sistemas de gratificación inmediata, y disminuyen la actividad frontal del cerebro por efecto de un desplazamiento de los estímulos adecuados para la edad. Y a esto se añade que la multitarea vinculada a las pantallas se asocia a estas edades con peores resultados en el procesamiento cerebral de la información, una disminución de la capacidad de filtrar distracciones, un aumento de la impulsividad y una disminución de la memoria de trabajo.

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