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José Molins
Valencia
Martes, 1 de agosto 2023, 09:30
A la vista. Entre los escombros, entre montañas de piedras, arena y ladrillos. Así se encuentran algunos restos humanos en el cementerio de Llíria, tras las obras de rehabilitación que está realizando el Ayuntamiento de la localidad ante el mal estado en que estaba la ... parte más antigua del recinto. Pese a que el consistorio asegura que los trabajos de exhumación de los fallecidos se realizaron de forma cuidadosa, con los familiares presentes en cada caso, lo cierto es que hay huesos que se pueden observar perfectamente asomando entre las piedras.
Los muros más antiguos del cementerio, que datan de principios del siglo XIX, se encontraban en estado ruinoso y por eso el gobierno municipal decidió rehabilitarlos, en unos trabajos que comenzaron hace dos semanas, tras más de medio año de retraso para obtener los permisos necesarios. Han comenzado las obras de derribo, pero antes los servicios municipales tuvieron que exhumar los 380 nichos, que han sido reubicados en zonas más nuevas del camposanto, con el visto bueno de las familias y respetando la altura en la que estaba cada tumba.
Los nichos más antiguos datan de 1812 y en muchos casos había más de un fallecido en su interior, agrupados probablemente por matrimonios o familiares. En el Ayuntamiento no se explican cómo pueden haber aparecido estos huesos humanos entre los escombros ahora cuando las excavadoras han empezado a trabajar. «No tienen por qué aparecer huesos, se vaciaron todos, ya que tienen que tener un tratamiento específico y estaban los familiares presentes cuando se exhumaron», indica Miquel Fernández, técnico del consistorio de Llíria responsable del departamento de Estadística. «Los traslados de nichos los ha hecho el Ayuntamiento, a cargo de los enterradores municipales, se ha citado a los familiares para estar presentes en la apertura del nicho y ver cómo se hacían los trabajos», explica.
Tras declarar el estado de ruina, se inició el expediente de exhumación de los restos por parte del Ayuntamiento para rehabilitar esa zona del cementerio. «Se trasladaron los restos porque se va a rehabilitar el muro perimetral y el primer tramo histórico, ya que los primeros tramos se van a convertir en columbarios para alojar urnas cinerarias. Se va a reconstruir porque estaban muy deteriorados, se recortarán en profundidad para rehabilitarlos estéticamente», indica Evaristo López, arquitecto municipal.
La actual es la primera fase de las obras, que durará dos meses, y que cuenta con un presupuesto de 150.000 euros. La empresa Subiela es la que está realizando los trabajos de demolición de los muros y está trabajando ya en el interior del recinto con excavadoras y maquinaria, derribando los muros y acumulando esos escombros donde han aparecido ahora los huesos. «El muro de contención es el que peor estaba, se encontraba apuntalado y con riesgo de derrumbe, es lo que inició que se hiciera el resto de la rehabilitación», señala López. «Los nichos de la parte central se van a derribar, dejando el frontis, que está compuesto de ladrillo caravista adintelado como una muestra histórica de la construcción, porque eran muros muy antiguos, y haremos un mirador hacia el municipio, una zona de descanso, ya que todo se vaciará», asegura el arquitecto.
La segunda fase todavía no está presupuestada y estará destinada a las obras más estéticas, como la construcción del mirador. En el consistorio pretenden que se inicie justo al acabar la primera fase, aunque probablemente el lapso entre ambos trabajos se dilate algunas semanas hasta que se completen los trámites.
El pasado mes de febrero el Ayuntamiento construyó 340 nuevos nichos prefabricados para dar cabida a los que tenían que ser reubicados desde la zona más antigua. El proyecto, que recibió la subvención de la Diputación de Valencia, costó 247.499 euros, ya que también estaba incluida la adecuación del edificio de acceso al recinto.
No es la primera vez que el cementerio de Llíria realiza trabajos de exhumación de cadáveres. Hace justo un año las obras se centraron en recuperar a los fallecidos en la fosa común de la Guerra Civil y localizaron los cuerpos de seis personas fusiladas durante la represión franquista. Estos hallazgos formaron parte de la segunda campaña de apertura y exhumación en las fosas comunes, impulsada por la Asociación de Familiares y Víctimas del Franquismo en el Cementerio de Llíria y con la colaboración del Ayuntamiento. Los estudios realizados estiman la localización de los restos de un total de 100 personas en el interior de las 11 fosas que existen en el recinto.
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