Las noticias más leídas del domingo 17 de noviembre en El Norte de Castilla

Valladolid ha activado un plan para evitar el desperdicio de toneladas de comida y de víveres donadas durante las últimas semanas, con la mirada y el corazón puestos en Valencia. Las aportaciones de los vallisoletanos se han traducido, en algunos casos, en alimentos perecederos o con muy poco margen de maniobra y que corren el riesgo de estropearse. Por eso, el Banco de Alimentos se encargará de distribuir la comida entre los ciudadanos de Valladolid que lo necesiten.

La Guardia Civil de Palencia ha identificado al perro que el pasado 25 de agosto atacó a un hombre de 78 años en Barrios de la Vega cuando se ejercitaba por un camino rural de esa pedanía de Villaluenga de la Vega, causándole la muerte. Se trata de un pastor del Cáucaso, cuyo propietario tiene una explotación ganadera en las proximidades de Barrios de la Vega y está siendo investigado por un homicidio imprudente.

Los agentes de la Policía Municipal tuvieron que multiplicarse durante la madrugada de este sábado para intervenir en hasta tres episodios de violencia doméstica registrados en distintos puntos de la capital y en un intervalo de apenas una hora. Cuatro hombres fueron detenidos en esta cascada de agresiones, dos de ellas de corte machista, en los barrios de Vadillos, el centro y La Rondilla.

El conductor de un turismo, un joven de 20 años, protagonizó un aparatoso accidente en la pasada madrugada después de perder el control del turismo y saltar la mediana de la ronda interior este (VA-20), a la altura del cruce con la avenida de Segovia y la salida hacia la autovía A-601, en el polígono de San Cristóbal.

En el Madison Square Garden de Nueva York, las colas para los perritos calientes casi llegan a las gradas. Lo mismo en el Staples Center de Los Ángeles -ahora denominado como Crypto.com Arena-; o en el estadio de los 'Yankees' donde en el aparcamiento neoyorkino, las familias pasan el día de guateque con el pretexto de ver batear a sus ídolos.

Isidoro y Loli, padres de Silvia López Gayubas, asesinada por uno de sus hijos adoptivos en Castro Urdiales, visitan su tumba cada quince días en el cementerio de La Ballena. Ponen rosas blancas sobre la lápida y encienden una vela. Es lo único que les queda. Y un dolor infinito. «Esto no se supera nunca», asumen. Allí, delante de la foto de su hija y la placa con su nombre y fecha de su muerte, hablan con ella y se «desahogan». «Le pido perdón por no haberme ocupado más de ella y haberle dado todo a los otros», dice con rabia la madre, devastada por el crimen. Le han arrebatado «lo más importante de la vida». «Era una hija modelo, más que un ángel. Un cielo y una bella persona. Nunca nos dio un disgusto. Le gustaba estudiar, sacó títulos... No bebía ni fumaba y nos ayudaba en todo. Siempre estaba pendiente de nosotros. Nos llamaba cada noche para ver qué tal estábamos», agradece.

Son muchas las lecciones que se pueden extraer de la reciente DANA que ha devastado numerosos pueblos de la Comunidad Valenciana. Uno de los aprendizajes más importantes es que ante una crisis de esta magnitud, la coordinación entre profesionales, administraciones y voluntarios es vital. Desde Valladolid, la respuesta no se ha hecho esperar. Son muchos los voluntarios que a nivel particular se han desplazado para ofrecer su ayuda.

Tocaron el cielo en una década, los noventa, en la que triunfar en la música era una tarea harto complicada. Y lo hicieron con un plus añadido, presentando temas cargados de 'soul' y 'funky', propuestas muy alejadas del pop sin aditivos que imperaba en el panorama musical español de los últimos compases del siglo pasado. Pero ellas, después de digerir unas cuantas negativas de los gurús de la industria musical, lo consiguieron.

Nacido a comienzos de los años sesenta, al calor de la apertura de la fábrica nacional de aluminios, el centenar de viviendas para sus trabajadores que conforman el poblado de Endasa giraba y gira en torno a una plaza, la del Marqués de Suances, un espacio que con el paso de los años ofrecía una imagen un tanto áspera que los vecinos llevaban cuatro lustros intentando cambiar.

Mara Torres aclara que en Valladolid «no está mi segunda casa, está mi otra casa». Esta periodista y escritora madrileña, galardonada el año pasado con los premios Ondas y Miguel Delibes por su trabajo en el programa El Faro de la Cadena SER, lleva quince años residiendo a caballo entre Madrid, por su trabajo, y Valladolid, ciudad donde vive su pareja y a la que se escapa cada vez que tiene ocasión. «Disfruto mucho de venir a Valladolid. Hay tres o cuatro sitios por los que me manejo bien, conoces a la gente... me resulta más familiar», asegura.

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