Muere el segundo hijo del aficionado del Sevilla fallecido ayer en el accidente de Ciudad Real

También su padre, Antonio González Castilla, de 49 años, y un hermano, Antonio, de 17, murieron en este mismo accidente. Los tres, aficionados del Sevilla Fútbol Club, se dirigían desde Morón de la Frontera (Sevilla) a Madrid para asistir al partido de Copa del Rey que horas más tarde iban a disputar el Atlético de Madrid y el club hispalense. El coche en el que viajaban, un Range Rover, sufrió una avería y se detuvo en el arcén. A los pocos segundos un camión los arrolló. En el vehículo también viajaban dos familiares más -el hermano del padre y su hijo- que milagrosamente salvaron la vida al resultar ilesos. Los dos jóvenes muertos eran futbolistas de la cantera de la Unión Deportiva Morón.

Este siniestro fue uno de los cinco accidentes múltiples contabilizados en un tramo de apenas dos kilómetros con la densa niebla presente. El balance final ha sido de cuatro fallecidos: el padre y sus dos hijos y un transportista que chocó por alcance contra otro camión. Además, resultaron heridas otras catorce personas -dos graves y doce leves- que fueron derivadas al Hospital de Valdepeñas (Ciudad Real), al Hospital General Universitario de Ciudad Real y al Hospital General de Albacete.

Estos accidentes, en los que se vieron implicados una docena de camiones, nueve turismos y dos furgonetas, han venido a sumarse a los que cada año acumula la autovía A-4 a su paso por el término municipal de Santa Cruz de Mudela que han convertido a este tramo en un punto negro de las carreteras españolas. Cada invierno la presencia de densos bancos de niebla complican la circulación en este punto de la vía, lo que suele derivar en accidentes múltiples de tráfico como el sucedido el pasado jueves.